Aumentaron 70 por ciento casos de violencia contra mujeres durante cuarentena por COVID-19
Fotografía: Cortesía webinar CUCEA
Mientras el mundo experimenta inestabilidad económica y presión extrema en los sistemas de salud e interrupción de la vida cotidiana, las mujeres están sufriendo “otra pandemia silenciosa”: la violencia. Durante el confinamiento por la emergencia sanitaria del COVID-19, en México se han incrementado 70 por ciento de los casos de violencia contra las mujeres.
Así lo expuso la Coordinadora de la Cátedra Unesco de Género, Liderazgo y Equidad, con sede en el Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA), doctora Rosa Rojas Paredes, quien participó con otros especialistas en el webinar “La violencia de género en tiempos de pandemia”, organizado por este campus.
“Desde que muchos países impusieron normas de confinamiento en casa para proteger a la sociedad, ha habido un incremento en las denuncias de violencia doméstica en todo el mundo, a manera de una ‘pandemia’ que se propaga en la sombra, y nuestro país no está exento de esta violencia a partir de múltiples manifestaciones”, señaló.
Rojas Paredes compartió las siguientes cifras: en México, durante el confinamiento de más de 100 días por la pandemia del COVID-19, las llamadas al 911 por violencia contra las mujeres aumentaron alrededor de 20 por ciento, y la atención en instancias estatales y municipales creció entre 20 y 30 por ciento.
De acuerdo con la Red Nacional de Refugios en México, en los dos meses de cuarentena han aumentado las atenciones brindadas en casos de violencia contra las mujeres en 70 por ciento en comparación con el mismo período de 2019.
En abril, 79 por ciento de las mujeres atendidas en los refugios vivieron dos o más tipos de violencia: de las mujeres que acudieron a espacios de protección y atención de la Red Nacional de Refugios, 49.7 por ciento sufrió violencia psicológica, 44.37 por ciento violencia económica, 25.95 por ciento patrimonial, 17.62 por ciento sexual y 4 por ciento intentos de feminicidio. Además, se presentó un incremento de 50 por ciento en los ingresos a refugios.
“El confinamiento ha llevado al escenario familiar a convivir más tiempo con el agresor, la pareja, el padre, el hermano, y esto ha sido una situación complicada de manejar, pues dada la prioridad de atender la salud se recortaron programas de atención a la violencia de mujeres; tenemos instituciones con menos capacidad de respuesta”, informó.
En cuanto a las estudiantes, dijo, también hay un impacto por la cuarentena, y tendrían que hacerse investigaciones puntuales para saber si estuvieron más expuestas a la violencia de género y las agresiones cibernéticas; hay ansiedad, porque además de atender sus clases en línea, vivieron un incremento en las actividades domésticas y en los roles tradicionales y, por ende, una repercusión en su desempeño académico.
La psicóloga Leticia Vargas Varela, del Instituto Municipal de las Mujeres de Zapopan, hizo un recuento de la violencia familiar que ocurre dentro del domicilio de la víctima y es cometido por alguien con parentesco consanguíneo, o con relación de concubinato o matrimonio. Ésta puede ser física, psicológica, sexual, económica y patrimonial.
La Jefa de la Unidad Jurídica de dicho instituto, Juana García Álvarez, explicó que es muy complicado buscar auxilio cuando se tiene al agresor metido en la casa, por eso recomendó armar un plan de seguridad, es decir, permanecer en una habitación fuera del alcance del agresor y evitar lugares donde haya objetos peligrosos como la cocina; inventar un lenguaje de signos y señales para comunicarse con los hijos y confiarle a una vecina que llame a las autoridades si se escucha un hecho violento en el domicilio. Siempre hay que pensar, además, en un domicilio alterno de familiar o amigo para refugiarse.
Recomendó tener a la mano, en una mochila, los documentos de identificación, un juego de llaves del coche, un cambio de ropa listo para la mujer y sus hijos, una tarjeta bancaria, o una agenda con teléfonos de parientes.
Discriminación y falta de protocolos para personas LGBTQIA+
El abogado especialista en derechos humanos y defensor de la comunidad LGBTQIA+, Luis Ignacio Guzmán García, señaló que esta población sufre falta de aceptación, rechazo familiar y violencia en el hogar, y en las instituciones de salud faltan protocolos.
“Hemos tenido que salir a rescatar, en la asociación, a chicos que han sufrido golpes por parte de sus padres o hermanos, mujeres trans que han sido de alguna manera echadas a la calle por sus familiares y tenemos que buscarles un refugio, algún sustento, y es una problemática que sí se presenta en nuestra ciudad y que muchas veces no sabemos a dónde acudir, porque no hay albergues que reciban a la persona si no se levanta una denuncia”, indicó el integrante de la asociación civil Codise.
Habló también de la discriminación en instituciones, incluidas las de salud y la asistencia social, donde, por cierto, las personas transexuales han visto interrumpidos sus tratamientos hormonales o no tienen acceso a citas sobre otros padecimientos.
“También la discriminación que se vive en las propias instituciones que deberían de salvaguardar los derechos y proteger a la ciudadanía, sobre todo en instituciones de salud, que no funcionan como normalmente lo hacían por el COVID o dengue, y ahí, un chico gay, una chica lesbiana, sobre todo las mujeres trans, llegan a pedir atención y son rechazadas, discriminadas porque los operadores no tienen capacitación para atender a todas las personas con la misma igualdad, sino que anteponen sus prejuicios”, informó.
No se han generado apoyos específicos para personas de la diversidad sexual que han perdido su empleo y tienen dificultad para obtener otro, o a pesar de que hay personas gay que están en situación de pobreza.
Denunció que Jalisco es quinto lugar en asesinatos contra gays, lesbianas o trans, según el informe 2020 del Observatorio Nacional de Crímenes de Odio, del que forma parte Codise.
Por último, Guzmán García hizo un llamado al Congreso para que armonice la legislación local en aras de que contemple el reconocimiento de la identidad de género, y con ello facilitar servicios de salud a la comunidad de la diversidad sexual.
Atentamente
“Piensa y Trabaja”
“Año de la Transición Energética en la Universidad de Guadalajara”
Guadalajara, Jalisco, 2 de julio de 2020
Texto: Julio Ríos
Fotografía: Cortesía webinar UdeG
Fotografía: Cortesía webinar CUCEA
Aunque se han reportado beneficios en algunos pacientes con COVID-19, a quienes se les ha suministrado el fármaco remdesivir, los resultados no son concluyentes y tiene que ser probado en más personas para verificar su efectividad y su comercialización, afirmó el doctor en Farmacología, César Ricardo Cortés Álvarez, investigador del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI).
Detalló que cuando un fármaco alcanza la fase de comercialización es porque se comprobó su eficacia y seguridad en miles de pacientes; y aún en el caso de que pueda distribuirse en la población abierta hay ciertos riesgos, como el provocar reacciones que no fueron encontradas en la fase de investigación, ya que en ésta se abarca un universo de pacientes controlado. Es decir, se trata de personas con cierto peso, edad, alimentación, entre otros factores, y en la población abierta pueden encontrarse otras variantes de edad, consumos, genética, uso y abuso de alcohol, por ejemplo.
Reconoció, sin embargo, que el remdesivir ha demostrado cierta eficacia. “No es que lo sea en un cien por ciento. El fármaco ha reducido 30 por ciento la estancia hospitalaria de algunos pacientes con COVID-19”, informó.
“Vamos a suponer que las autoridades de salud autorizaran el uso del remdesivir por siete personas que respondieron positivamente al fármaco, pero, posteriormente, una vez que se comercializa hay cientos de casos con efectos graves y no deseables. En ese supuesto, se le vendría un gran problema al gobierno. No es ético aprobar un fármaco del cual no se ha demostrado su seguridad y eficacia”, recalcó Cortés Álvarez.
Recordó el caso de la talidomida, fármaco desarrollado por una compañía alemana y comercializado entre finales de los 50 y principios de los 60 del siglo pasado, y utilizado como sedante y calmante de náuseas durante los tres primeros meses del embarazo.
“Este fármaco salió al mercado sin ser sometido a muchas pruebas, y el resultado fue cientos de casos de focomelia. Es decir, de niños que nacían sin brazos ni piernas. Las manos y los pies salían directamente del tronco. Hasta que un investigador asoció estas anomalías con el consumo de talidomida, y se canceló su uso en mujeres embarazadas”.
Este fue uno de los casos que generó un parteaguas ante los nuevos fármacos: antes de la talidomida se aprobaban con facilidad y salían al mercado, y después de que se detectaron efectos negativos y graves hubo medidas estrictas por parte de las autoridades de salud de los países y de la OMS, explicó el especialista.
Si un fármaco, en su etapa de distribución a la población abierta, registra reacciones adversas graves, puede ser cancelado su registro sanitario. Por eso se busca la seguridad y eficacia en las investigaciones.
Aclaró que la Food and Drug Administration (FDA), de Estados Unidos, no aprueba todavía el fármaco, ya que todavía los ensayos clínicos son limitados en tamaño y resultados. Sin embargo, esta instancia estadounidense autorizó el uso urgente de remdesivir para empezar a usarlo en pacientes graves. En el caso de México, se está utilizando pero sólo para fines de investigación, y bajo el protocolo de la OMS.
Remdesivir todavía en fase de experimentación
El remdesivir se ha utilizado de manera experimental para el tratamiento del COVID-19; los ensayos clínicos son necesarios para demostrar que se tiene eficacia y seguridad en los tratamientos para que, posteriormente, sean aprobados por las autoridades de salud de cada país, explicó Cortés Álvarez.
Para sacar un medicamento, primero se tiene que pasar la etapa preclínica, con animales de experimentación para demostrar su seguridad. Específicamente se estudia si causa malformaciones, cáncer o defectos congénitos, para que la molécula sea segura y no provoque daños en humanos.
En el caso del remdesivir, como ya se habían hecho investigaciones enfocadas en el tratamiento del ébola –enfermedad para la cual no fue muy efectivo–, se avanzó en la fase preclínica y después siguieron los ensayos clínicos en humanos.
“Los ensayos clínicos para el remdesivir en diferentes países corren en fase dos o tres, y son cuatro fases las que tienen que pasar para comprobar la seguridad y eficacia de un fármaco”, informó el investigador.
En la fase uno se hacen las primeras pruebas en humanos, en no más de 50 voluntarios sanos para explorar la seguridad y determinar la dosificación y la tolerancia del organismo hacia el fármaco.
En la fase dos se empieza a buscar la eficacia. Se continúa trabajando con la dosis, además del intervalo de medicación. Participan de 100 a 300 pacientes voluntarios.
Si todo sale bien en la fase dos, se brinca a la tres, que puede durar hasta cinco años, donde participan muchos más pacientes; se continúa estudiando la eficacia y seguridad del fármaco, así como otras posibles aplicaciones; se hace un comparativo con otros que tienen posibilidades para tratar determinada enfermedad y se proporcionan las bases para que en la fase cuatro sea aprobado.
En el caso del ensayo clínico Solidaridad, anunciado por la OMS en marzo de este año y el cual el investigador de la UdeG ubica en la fase tres, la comparación fue planteada entre cuatro opciones de tratamiento. El objetivo es verificar si algún fármaco retrasa la progresión del COVID-19 o mejora las tasas de supervivencia, y mientras no hayan pruebas suficientes, el organismo internacional advierte que los médicos y asociaciones médicas no deben administrar tratamientos –que aún no han sido aprobados– a pacientes con COVID-19, ni recomendarlos a personas que se automediquen con ellos.
La cuarta etapa abarca la fase de comercialización, y en ésta se le da todavía seguimiento a los pacientes a los cuales se les suministra el fármaco, y para llegar a esta etapa ya se analizaron miles de datos de pacientes para ubicar la eficacia y su seguridad.
La OMS, el 17 de junio, anunció la interrupción del grupo de tratamiento con hidroxicloroquina, ya que no se encontraron evidencias de que el fármaco redujera la mortalidad de los pacientes hospitalizados por COVID-19.
Hasta el 3 de junio de 2020, había inscritos más de 3 mil 500 pacientes, en 35 países, para el ensayo clínico Solidaridad, impulsado por la OMS, gracias a la participación activa de más de 400 hospitales. En total, más de 100 países se han unido o han manifestado interés en el ensayo.
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“Piensa y Trabaja”
“Año de la Transición Energética en la Universidad de Guadalajara”
Guadalajara, Jalisco, 2 de julio de 2020
Texto: Martha Eva Loera
Fotografía: Adriana González | Iván Lara González
2020 promete ser para la FIL Guadalajara un año inolvidable en más de un sentido. Por una parte, será por siempre aquel en el que nuestros esfuerzos –los de todos: autores, editores, libreros, organizadores y universitarios– nos valieron el Premio Princesa de Asturias, uno de los más prestigiados del mundo. Pero, por otra, será también el año de la pandemia, aquel en el que hemos visto enfermar e incluso morir a seres queridos, aquel en el que la economía mundial entró en una crisis sin precedente –al menos desde la Gran Depresión–, aquel en el que hemos tenido que aprender a vivir, sobrevivir y crecer de acuerdo a paradigmas novísimos, que apenas estamos comprendiendo y que transformarán acaso en definitiva nuestro planeta.
Esta doble circunstancia –feliz por un lado, triste y compleja por el otro– nos lleva a hacer del conocimiento público los siguientes criterios con respecto a nuestra edición de este año:
Otro escenario es la realización de una Feria virtual, en las fechas previstas, y un tercero es posponer nuestra edición 34.
En el siguiente enlace encontrarán la presentación de la sede Centro Cultural Universitario de la FIL Guadalajara.
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“Piensa y Trabaja”
“Año de la Transición Energética en la Universidad de Guadalajara”
Guadalajara, Jalisco, 2 de julio de 2020
Texto: FIL
Fotografía: Fernanda Velazquez
Radio Universidad de Guadalajara en Autlán, celebra 19 años al aire, aniversario al que llega con una programación local variada y amena, en la que participan 40 colaboradores, académicos del Centro Universitario de la Costa Sur (CUCSur).
La programación de contenidos mantiene temas al aire con pertinencia local y de interés social como la divulgación científica, medio ambiente, cultura general, equidad de género, salud, ciencia y tecnología, programas infantiles, entre otros.
Actualmente la emisora produce 40 programas locales tanto musicales como de contenido y entre sus principales retos se encuentran, atraer mayor audiencia para generar los espacios de identidad local, promoviendo el talento regional, con propuestas alternativas en la barra de programación.
Algunos de los programas más consolidados son “Punto UDG”, las voces de la universidad, creado en 2008. Con 10 años al aire se encuentran: “Estamos a bordo”, programa de fomento a la equidad de género; “Agenda 21”, de contenido educativo y medio ambiente; “El recreo”, programa infantil; “El Switch”, con música de diversos géneros; “La Borra del Café”, de fomento a la lectura y otros que cumplen 7 años son “A ciencia Cierta”, de divulgación científica.
Fue el 21 de abril de 2001 cuando comienza a transmitir la emisora Radio Universidad Autlán 102.3 FM, la primera fuera del Área Metropolitana de Guadalajara. En su primer año fungía solamente como repetidora de la programación generada en Guadalajara y al cumplir su primer año ya contaba con tres programas producidos en Autlán.
La celebración del 19 aniversario se realizará el próximo 3 de julio. Inicialmente se pretendía comenzar con la presentación del primer concierto de la quinta temporada de la Orquesta Sinfónica Juvenil El Grulllo, pero debido a la pandemia, en la programación musical se retransmitirán fragmentos de las temporadas anteriores, en las mismas fechas en que se planeaban realizar los conciertos de orquesta en vivo los días 3, 10 y 17 de julio a las 19:00 horas.
El día 3 de julio, también se realizará una transmisión especial del noticiero “Señal Informativa Autlán”, bajo la conducción de Elia Macías, con entrevistas al director de la Red Radio Universidad, Alfredo Sánchez, el maestro Jesús Medina, colaborador de radio e historiador, y el cronista municipal de Autlán, Guillermo Tovar.
El programa “El Expreso de las diez”, se une a la celebración, bajo la conducción de Alonso Torres, quien destacará la importancia de la programación de la emisora regional y la contribución en la difusión de todas las actividades, con la participación de la Rectora del CUCSur, doctora Lilia Oliver Sánchez.
A la celebración se suma el programa Punto UDG, las voces de la Universidad, que conduce Silvestre K´anil y que contará con la participación del maestro Gabriel Torres, Director del Sistema Universitario de Radio, Televisión y Cinematografía (SURTyC); del doctor Hirineo Martínez Barragán, Secretario Académico del CUCSur y, Daniel Flores Regalado, director de la Orquesta Sinfónica Juvenil de El Grullo.
La radio tiene una cobertura principalmente en Autlán mediante la frecuencia por antena y la ha ampliado aprovechando las plataformas digitales a través de streaming y mediante la aplicación de la emisora en los más de 20 municipios de influencia del centro universitario regional.
Atentamente
“Piensa y Trabaja”
“Año de la Transición Energética en la Universidad de Guadalajara”
Guadalajara, Jalisco, 1 de julio de 2020
Texto: Julio Ríos
Fotografía: Jorge Alberto Mendoza
Ya sea por una cuestión de nacimiento, accidente o incluso por la edad, las situaciones de discapacidad son condiciones que cualquier persona puede vivir en menor o mayor grado.
Durante la pandemia se han evidenciado fallas que ponen en mayor vulnerabilidad a este sector; por ello, especialistas las abordaron en la más reciente sesión de los webinars que realiza la Universidad de Guadalajara (UdeG), titulado “COVID-19: Discapacidad en tiempos de pandemia”, que fue transmitido este miércoles por las redes de la Universidad de Guadalajara, Radio UdeG y Canal 44.
Una de los participantes fue la responsable de Servicios Especializados para personas con Discapacidad Visual de la Biblioteca de UDGVirtual y miembro de la Federación Latinoamericana de Sordociegos, Eneida Guadalupe Rendón, quien explicó que en el caso de quienes viven con sordoceguera se han visto más vulnerados por el tema del COVID-19, dado que su comunicación es mediante Lengua de Señas Mexicana (LSM), adaptada al contacto físico de las manos.
“Por ello, debemos extremar precauciones en la utilización de gel y guantes”. También aseguró que ahora, más que nunca, es importante que estas personas accedan a tecnologías que les permitan traducir las publicaciones en redes sociales a Braille, mediante la llamada línea de despliegue en Braille.
“Se ha escuchado a mucha gente manifestar cómo es difícil estar en confinamiento; yo recordé una frase de mi compañero con sordoceguera Samuel Valencia, quien decía: ‘¿Sabía usted que en el mundo existimos personas que vivimos en aislamiento todo el tiempo, y algunos toda la vida?’”.
“Eso nos hace pensar que no vemos cómo dicho sector de la población está teniendo dificultades porque no tiene la tecnología necesaria”, recalcó Guadalupe Rendón.
El psicólogo y especialista en inclusión educativa y miembro de la Unidad de Educación Incluyente, del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), Christian Israel Huerta, indicó que aunque hay muchas definiciones sobre de dónde parte la discapacidad, la realidad es que ésta existe porque la gente regular lo ha permitido.
“La discapacidad está en la gente que impedimos el acceso de las personas por medio de las limitantes que les ponemos: barreras culturales, políticas, sociales y actitudinales; esto se debe a la falta de distinción”, declaró.
Recordó que existe la discriminación negativa, que tiende a ser manifestaciones violentas que van desde la burla hasta el acoso, pero también la positiva, que es la que minimiza el potencial de los individuos al pretender ser compasivo o disminuirlos de sus capacidades.
“En 2019 había mil millones de personas con discapacidad en el mundo, casi 15 por ciento de la población mundial. La pandemia ha agravado sus condiciones porque ha tenido un impacto social y económico, pero también faltan políticas sociales, jurídicas y culturales”, externó Huerta.
La psicóloga clínica de personas con discapacidad, activista y empresaria, Rayo O’Brien, recalcó que la comunicación sobre la enfermedad del coronavirus ha quedado a deber para personas sordas o ciegas.
“Desde que iniciamos la pandemia se han compartido recomendaciones de prevención, que han sido meramente visuales; entonces, muestran imágenes informativas que son inaccesibles para quienes tienen una discapacidad visual, que si bien han estado aisladas per se, también lo han esto de la información que es importante”, recordó.
Esta situación genera estrés y ansiedad para este sector, pero también para quienes viven en un entorno de discapacidad por utilizar sillas de ruedas, que están impedidas de salir a laborar, o quizá quienes tienen una discapacidad intelectual, a quienes se les debe explicar de otra manera lo que ocurre en el mundo.
El activista, licenciado en Marketing, campeón nacional parapanamericano en Río de Janeiro 2007, León Coronado, recordó que la situación de discapacidad es algo que todos los seres humanos pueden vivir en algún momento; por ello, es importante reforzar las políticas públicas al respecto.
“A los gobiernos no les importa el tema porque ellos no viven con discapacidad; es necesario que exista un consejo integrado por personas con alguna de éstas para que todos tengamos representatividad”, refirió.
Oportunidad en el acceso al arte
Pero no todo ha sido perjuicio, el activista y estudiante del doctorado de Gestión de la Cultura, responsable de Inclusión por Medio del Arte y la Cultura de UDGVirtual, José Antonio Olivo, dijo que la pandemia ha significado una oportunidad para formar públicos de la diversidad funcional.
“Ante el cierre de recintos de arte se han realizado funciones con espectáculos gratuitos de primer nivel, a los que han accedido personas con discapacidad. Mediante éstas transmisiones se puede inculcar el gusto por estas expresiones artísticas y crear públicos”, externó.
Recomendó la programación que han realizado instituciones como la Ópera de París, el Teatro Real de la Moneda en Bruselas, la Ópera Estatal de Viena, la Ópera Metropolitana de Nueva York, los espectáculos de Broadway, entre muchos otros.
Sin embargo, el distanciamiento social también trajo que los artistas, sobre todo quienes viven con alguna discapacidad como el propio Olivo, carezcan de puntos de encuentros; por lo que algunos colectivos ya se han organizado para crear muestras virtuales.
Este webinar, como todo los anteriores, fue moderado por la periodista y analista Ivabelle Arroyo.
Se pueden ver todos los webinars que se han presentado desde hace dos meses y medio en el micrositio http://www.webinars.udg.mx/
Atentamente
“Piensa y Trabaja”
“Año de la Transición Energética en la Universidad de Guadalajara”
Guadalajara, Jalisco, 1 de julio de 2020
Texto: Iván Serrano Jauregui
Fotografía: Cortesía webinar UdeG
Fotografía: Cortesía webinar UdeG
Los exámenes que se realizan en la educación tradicional privilegian lo que el alumno aprende de memoria, y eso no es un aprendizaje significativo. ¿Qué tal si pudieran cambiarse por ejercicios en los que los estudiantes se comporten como profesionales (haciendo llamadas telefónicas o consultando en Internet) para resolver un problema?
Esta premisa fue puesta en la mesa por el doctor Carles Monereo Font, de la Universidad Autónoma de Barcelona, especialista y asesor educativo en estrategias de enseñanza aprendizaje, durante el seminario en línea “La enseñanza universitaria. Claves para una formación competencial”, organizado por el Centro Universitario de Tonalá (CUTonalá), de la Universidad de Guadalajara (UdeG).
“No siempre una calificación significa que has aprendido. Para mí, el aprendizaje radica en que puedas solucionar problemas concretos”, afirmó el especialista, quien reflexionó que es tiempo de pensar en un cambio en la cultura evaluativa en las universidades.
Compartió algunos modelos que él utiliza en sus clases, como la hetero-evaluación, coevaluación y evaluación individual, donde se plantean problemas que deben de resolver los alumnos o responder a las preguntas hechas entre los mismos compañeros de clase.
“Cuando evaluemos, hagámoslo como un profesional que tiene acceso a Internet, que tiene acceso a toda la información. Si los evalúo con un examen en el que sólo tienen su mente, sólo evaluamos la memoria, la capacidad de retención y comprensión, pero lo importante es ponerlos en problemas donde sus capacidades salgan a flote”, subrayó.
Para Monereo Font se necesita un cambio en la cultura evaluativa. Desglosó que en la cultura del test sólo importa cuántos alumnos han pasado la prueba, cuántos son repetidores, qué reactivos se deben cambiar para el próximo examen o cómo no pueden copiar. En cambio, en los nuevos modelos que propone, que denomina “evaluación auténtica”, lo que importa es cómo los alumnos pueden superar sus expectativas, qué condiciones cambiar para evaluar mejor sus competencias y que tengan un aprendizaje significativo.
“Hay que estar consciente que estoy formando profesionales que sepan arreglar problemas, mi éxito es el éxito de ellos. Un profesor tiene éxito cuando 90 por ciento de sus alumnos supera la materia con un aprendizaje significativo, lo otro es absurdo”, recalcó.
Otra arista es buscar que los alumnos sean autónomos, lo cual implica poseer un conjunto de estrategias de aprendizaje que se activan conscientemente para gestionar un problema de aprendizaje de manera ajustada a las condiciones contextuales en que aparece dicho problema. Además, se dijo en contra del término “autodidacta”, “la autonomía no consiste en que trabajen solos, sino que implica un seguimiento”.
Las normas de la clase se basan en decisiones compartidas, las cuales son acordadas al inicio del curso en un diálogo con los alumnos, y para que sientan suya la asignatura se decide sobre ciertas rúbricas para calificar. Sus estudiantes, incluso, videograban situaciones cotidianas en las que habrán de participar cuando egresen y la forma en que pueden solucionarlas.
Monereo Font también implementa en sus clases algo que denomina “contrato de equipo”, basado en que todas las organizaciones que tienen éxito lo deben en buena medida al trabajo en conjunto. Los equipos los arma con un test previo, en el cual refleja la heterogeneidad de la clase y trata de combinar a los alumnos más aventajados con los más rezagados. “En la vida real no puedes escoger con quién trabajar”, dijo.
Otra clave es predicar con el ejemplo y hablarle al alumno como a un colega, no como un superior, es decir, con un pacto implícito en el que los estudiantes entiendan que forman parte de un gremio en el que, por supuesto, se apoyan, pero también se exigen.
Es conveniente llevar como invitados a otros profesionales que ya ejercen en el mundo real, dijo. También que los profesores deben de trabajar en construir en sus alumnos una identidad como profesional y no satanizar el error, pues las aulas son lugares para cometerlos. “El error es una ventana abierta al aprendizaje”, reflexionó.
A los profesores les recomendó basar la enseñanza en la investigación y la evidencia, observar y regular la propia enseñanza, indagar e investigar sobre la propia práctica docente. En la medida de lo posible, invitar a observadores externos para evaluar su trabajo.
Ante la situación que se vive por la pandemia y la duda respecto a la fecha en que se volverá a las aulas, el trabajo en equipo, la evaluación grupal y la individual se vuelven aún más importantes.
En este clima de educación a distancia, recomendó el uso de distintos recursos digitales como clase invertida, preguntas elaboradas por estudiantes, videocasos, resolución de problemas reales, y análisis de artículos y role playing.
Atentamente
“Piensa y Trabaja”
“Año de la Transición Energética en la Universidad de Guadalajara”
Guadalajara, Jalisco, 1 de julio de 2020
Texto: Julio Ríos
Fotografía: Cortesía webinar UdeG
Fotografía: Cortesía webinar UdeG