Valientes, resistentes al dolor, al picor de la vida y con un sabor especial, así son los mexicanos y los chiles jalapeños.
La línea de investigación sobre las distintas aristas del chile jalapeño, que desde el año pasado indaga la doctora Rosa María Spinoso Arcocha, Jefa del Departamento de Humanidades, Artes y Culturas del Centro Universitario de los Lagos (CULagos) de la Universidad de Guadalajara (UdeG), la ha llevado a adentrarse en la cultura popular mexicana y en relatos históricos.
Jalapeños en conserva: historia, sabor e identidad es su propuesta de estudio. “El chile sería una forma de decirle al mundo cómo los mexicanos somos resistentes y capaces de soportar el dolor; el picor; decirles que somos valientes”, explicó.
“‘Soy como el chile verde, Llorona, picante, pero sabroso. Todos me dicen el Negro, Llorona, Negro, pero cariñoso’, sería la forma de decir que soy negro, alusivo al origen étnico; pero soy cariñoso, picante pero sabroso, es otra forma de encomiar los valores de los mexicanos”, añadió Spinoso Arcocha.
La investigación, que comenzó sin mayores pretensiones, llevó a la investigadora a cuestionarse desde distintas áreas del conocimiento sobre la relación del chile jalapeño con la identidad de los mexicanos.
Xalapeña de nacimiento, la doctora Spinoso Arcocha se preguntó al inicio de su trabajo, entre otras cosas, ¿por qué los chiles se llaman jalapeños si Jalapa no fue ni es una ciudad productora de chiles?, ¿siempre fue el mismo chile jalapeño? y ¿qué dice el chile jalapeño sobre los mexicanos?
“Al revisar los textos de la Conquista, textos que en México los tenemos como fundadores de nuestra historia, las crónicas describen a las personas huastecas que abastecían de chiles a la gran Tenochtitlán, pero eran mal vistos porque estaban desnudos”, narró la investigadora.
Con base en esos relatos comenzaron a asociar a los chiles con la desnudez masculina, tomando la interpretación del historiador de la cultura nahua, Fray Bernandino de Sahagún, quien señala que los huastecos eran los principales productores de chiles en el tiempo prehispánico.
“Un relato habla de un tohuenyo, como le decían en huasteco a los forasteros, que se aparece en Tula, la gran ciudad de los toltecas, como un vendedor de chiles desnudo; al pasar por allí la princesa del rey Huemac se antoja de amores”, agregó la académica.
En dicho relato, el rey obliga al tohuenyo a que se case con su hija para “saciar sus ganas de amores”. Ahí, refirió Spinoso Arocha, pudo iniciar el vínculo del chile con el genital masculino.
“El chile se vuelve un elemento identitario, de género y de origen. De género, porque hoy es uno de los nombres más comunes o sinónimos del pene en México; de origen, porque cuántas veces no se ha utilizado para identificar a nuestro país en eventos internacionales, como la Copa del Mundo de Futbol en 1986, por ejemplo”, añadió.
Las primeras evidencias de la producción de chile jalapeño, dijo la investigadora, “se encontraron en Tamaulipas hace como 7 mil años; sin embargo, se piensa que su uso en la alimentación puede ser muy antiguo”.
De su natal Veracruz, Spinoso Arocha recuerda las referencias culturales que existen sobre el chile y que, a pesar de llevar el nombre de “jalapeño”, no ha encontrado vestigios históricos que relacionen su nombre con la capital de ese Estado sureño.
“En los pueblos del interior de Veracruz existía el Baile de las banderas en el Día de la Raza (12 de octubre) en los años 50. Pero ninguna chica a la que invitaban para que llevara la bandera del chile quería hacerlo, porque prefería evitar la rechifla por su comparación con el pene”, subrayó.
“En algunas regiones del Sur de Veracruz se les dice chiludas a las lesbianas. En ese sentido tiene que ver sobre la cuestión del mexicano macho, valiente”, dijo.
A nivel regional, el chile también sirve como identidad en el deporte como Los Chileros de Xalapa, un equipo de béisbol que compite en la Liga Veracruzana Estatal de ese deporte.
En su recorrido histórico, Spinoso Arcocha ha encontrado que al chile jalapeño se le conoce por diversos nombres, según las regiones; por ejemplo: cuaresmeños, verdes, rayados, jarochos, acorchados, tres lomos, San Andrés, candelaria, peludos, gordos y guachinangos.
Por sus características, la investigadora reconoce que, a pesar de no ser el chile más picante, sí ha sido fuertemente asociado como un producto identitario de México en el plano internacional.
“Nos hemos esforzado para que nos identifiquen como amantes del chile, porque a todos los lugares llevamos el chile, es parte de nuestra dieta”, aseguró. “Se volvió internacional el jalapeño, porque hoy incluso existe un sabor, el sabor jalapeño que encontramos en varios productos, por su modo de preparación”, abundó.
Con la investigación, la doctora Spinoso Arcocha realizará una gira de conferencias y presentará el tema en dos congresos en España, además de una presentación previa en su natal Veracruz en el mes de abril.
A T E N T A M E N T E
"Piensa y Trabaja"
Guadalajara, Jalisco, 1 de marzo de 2018
Texto: Dania Palacios
Fotografía: David Valdovinos
Chile jalapeño, símbolo cultural y de identidad en México
Investigadora del CULagos estudia elementos que unen a los mexicanos con el jalapeño
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