Para el abordaje del periodismo enfocado al crimen y el narcotráfico, lo primero indispensable es exigencia e imaginación, puesto que para narrar lo ocurrido no se puede apelar la información de las ruedas de prensa, las salas de redacción o el Google, destacó el periodista colombiano José Alejandro Castaño.
Incluso, no basta con que los periodistas tengan acceso a fuentes como la del comandante de la policía o el número privado del narcotraficante, sino dosis de creatividad, insistencia e información que permitan interpretar, medir, cuantificar, calcular ciertos fenómenos y conductas sociales.
“Al principio estaremos advirtiendo y develando cosas que en principio no tienen que ver con narcotráfico”. Si se aborda cualquier tema, como sucede en Colombia, tales como los concursos de moda o el fútbol, se podrán ir descubriendo “como en una capa geológica”, rastros de narcotráfico.
Lo anterior fue expresado durante la mesa de discusión: “El crimen en México. Periodismo y Literatura”, como parte del V Encuentro Internacional de Periodistas, organizado por la Universidad de Guadalajara, efectuado en el marco de la FIL, hasta el 6 de diciembre.
Ante colegas y estudiantes de periodismo, José Alejandro Castaño, quien ha obtenido cuatro Premios Simón Bolívar de Periodismo, expresó que quien desarrolla esta actividad “debe trascender de lo impactante para concentrarse en lo importante” además de narrar y contar.
También será necesario que el periodista que maneje los temas relacionados con el crimen, tenga ambición; no tema al error, a la reiteración, ni a las preguntas tontas, y en vez de buscar la objetividad, trabaje en el equilibrio, es decir, que contraste las fuentes.
Por su parte, el escritor mexicano Elmer Mendoza, consideró que el periodismo es y será un género literario en la medida que quienes lo ejercen, puedan asumirlo, puesto que el defecto fundamental del periodismo mexicano, es la manera en que nos cuentan las noticias.
El Premio Nacional de Literatura José Fuentes Mares 2002 planteó que es necesario narrar lo que le sucede a los personajes, para lo cual se requiere otra preparación y visión de la escritura, tal como sucedía con las crónicas de Juan Villoro. “Por eso es un placer leer la prensa cuando trae algo más que datos escuetos y fotografías súper violentas”.
Ante esto se cuestionó: “¿Cómo narrar el crimen? El crimen tiene elementos (…), pero no se puede contar con la frialdad de la foto del decapitado. El lenguaje permite otro juego, crea universos, es el vehículo, y la forma en que crean el discurso tiene mucho que ver y la selección de las palabras”.
Guadalajara, Jal., 3 de diciembre de 2009
Texto: Eduardo Carrillo
Fotografía: Francisco Quirarte
Edición de noticias: Lupita Cárdenas Cuevas