"Toda la vida he tenido esta dichosa enfermedad de la bibliofilia": Ángel García Lascuráin

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Durante 37 años, este amante de los libros trabajó como piloto. En sus viajes encontró muchos de los títulos que forman parte de su colección

Don Ángel García Lascuráin tiene dos pasiones: los aviones y los libros. Como piloto aviador, durante 37 años voló a distintos países y en cada uno de ellos encontró motivos para acrecentar su gusto por las letras y exacerbar lo que él define como la “dichosa enfermedad de la bibliofilia”. Y es por esta última que recibirá, el martes 29 de noviembre en el auditorio Juan Rulfo, el Homenaje al Bibliófilo de la 25 Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
 
Este homenaje “es algo increíble, porque conozco muy bien las dimensiones de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara y realmente no me lo esperaba. Es algo muy agradable”, comenta don Ángel García Lascuráin, quien de 2003 a 2005 presidió la Sociedad Mexicana de Bibliófilos. Sobre la bibliofilia explica que se trata de “la pasión por tener el libro, leerlo y conservarlo. Es una pena ver que se maltraten o se tiren los libros. La bibliofilia también consiste en conservarlos: es una pasión, pero también una dedicación”.
 
El amor por los libros, recuerda García Lascuráin, comenzó en su infancia: “Desde niño me gustaba mucho la lectura. En la casa y en la escuela me regañaban porque andaba yo leyendo mis novelitas. De ahí me empezó el amor por los libros, porque además tenía un tío que vivía con nosotros, Manuel Zubieta, gran bibliófilo. Toda la juventud y toda la vida he tenido esta dichosa enfermedad de la bibliofilia”.
 
La carrera de piloto aviador le ayudó a incrementar su colección de libros, donde lo mismo hay primeras ediciones de Ernest Hemingway y de Miguel Covarrubias que el Nova Plantarum Animalium et Mineralium Mexicanorum, de Francisco Hernández: “En todos los vuelos los pilotos tenemos lo que se llama pernocta, que es quedarse en un lugar a descansar. Mi quehacer entonces era buscar libros en todos lados. En vez de aburrirme como los demás pilotos, que se quedaban a ver televisión o a tomar café, yo me la pasaba en las librerías y las bibliotecas”.
 
Cuando se le pregunta sobre el libro electrónico, García Lascuráin recuerda que en la Sociedad Mexicana de Bibliófilos se realizó un simposio al respecto, “donde llegamos a la conclusión de que no se trata de una amenaza”. Y ejemplifica: “Cuando apareció la televisión se dijo que se iba a acabar el cine y no fue cierto. Igual pasa con los libros: es muy diferente leer un libro en computadora que tener un libro en las manos, caminar con él, sentirlo, a estar apretando botones y pasar páginas sin sentir el placer de la hoja y del libro”.
 
El Homenaje al Bibliófilo de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara se entregó por primera vez en 2001 a José Luis Martínez, y desde entonces ha sido recibido por Andrés Henestrosa, Jorge Álvarez del Castillo, Eulalio Ferrer Rodríguez, José Rogelio Álvarez, Ernesto de la Torre Villar, Ernesto de la Peña, Adolfo Castañón y Elías Trabulse.
 
Guadalajara, Jal., 5 de octubre de 2011
Texto: FIL
Fotografía: Internet
Edición de noticias: Lupita Cárdenas Cuevas