La sociedad es responsable en mayor o menor medida de los cerca de 40 mil ejecutados, producto de la guerra contra el narcotráfico emprendida por el gobierno federal, pues ha dejado vacíos los procesos político electorales y ha tolerado la presencia de los delincuentes en ciertas zonas del país, aseguró el periodista Juan Carlos Reyna.
Durante la presentación del libro de su autoría, Confesión de un sicario, realizada en el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades, Reyna afirmó que existen los grandes responsables de esta violencia, que son los funcionarios de gobierno, los capos de la droga, y los grandes dueños de los consorcios, “que sin ellos el negocio de las drogas no sería posible y que permite que esta maquinaria de la muerte siga avanzando”.
No obstante “después de ellos seguimos todos nosotros porque hemos dejado en el vacío estos procesos políticos electorales que podrían impedir que ello siguiera pasando. Ciudades como Monterrey, Juárez y Guadalajara solaparon el narco y permitieron que se enraizara en el tejido social porque les ofrece algo que ni el Estado ni la Iglesia ni las instituciones de la vida moderna mexicana ofrecen: la posibilidad de tener figuras paternas de poder”, dijo.
Confesión de un sicario ofrece un relato en primera voz, de cómo es la vida de una persona ligada a los grupos de crimen organizado, las estructuras y la manera de operar de los cárteles de la droga en México.
El colaborador del diario Reforma y la revista Día Siete recalcó que este libro no es una denuncia ni una apología del delito, sino un retrato descriptivo en un contexto en el que tenemos que descubrirnos todos como sociedad responsable de generar estos sicarios.
“Lo más preocupante de este texto es que personas como Drago, el personaje principal del libro, ve a la sociedad como una especie de pirámide en la que toda la gente aspira a ser como él o a recibir dinero que cae de la mesa. En términos generales significa que gran parte del poder se reparte en unos cuantos capos, sus socios y amigos y que hay mucha gente matándose por alcanzar las migajas que caen de los miles de dólares que ellos hacen”, señaló Reyna.
El escritor Antonio Ortuño participó como presentador del libro y aseguró que los lectores se podrán dar cuenta de que su esperanza de que haya un sentimiento ético o una fuerza gubernamental que pueda cambiar esta violencia con la que operan los sicarios, no existe.
“No hay una clase de súper estructura en este momento en el país a ningún nivel ni legal, ni político, ni familiar que pueda detener lo que está sucediendo con el narcotráfico. El libro nos muestra con toda su brutalidad, con todo su potencial subversivo lo que el narco representa para la existencia de México como Estado y para nuestras comunidades”, expresó Ortuño.
Guadalajara, Jal., 13 de abril de 2011.
Texto: Mariana González
Fotografía: Berenice Castillo
Edición de noticias: Lupita Cárdenas Cuevas
Sociedad es responsable también de ejecutados por el narco
Presentan en el CUCSH libro Confesión de un sicario