Si México quiere ser más productivo, competitivo y estar en la carrera de desarrollo de las naciones, es necesario apostar a la educación, ya que existe una relación directa entre los niveles educativos y el nivel de desarrollo de la sociedad, por lo que es necesario plantearse nuevas estrategias culturales y científicas.
Lo anterior expresó el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro, al participar en los trabajos del Encuentro nacional e internacional de investigación educativa, efectuado en el marco de la Feria Internacional del Libro, donde dictó la conferencia “La educación superior en el desarrollo nacional”.
“La educación debe ser considerada un bien público y una inversión de la nación. Nuestro país requiere una política de Estado en educación superior y asegurar los recursos humanos y presupuestales necesarios. Sólo con mejor educación saldremos adelante”.
El funcionario explicó que un grave problema de México es la pobreza, que combinada con la ignorancia, nos ubica en la peor de las situaciones, además de que, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, somos el país con mayor distancia entre la clase media y el sector más rico.
“Esto es muy preocupante. Los contrastes en México son brutales y no podemos cerrar los ojos, tenemos que resolverlo. Debe cambiar la regulación fiscal, generarse empleos estables, fiscalmente responsables, que brinden protección al empleado”.
José Narro puntualizó que actualmente el 8.4 por ciento de la población es analfabeta, lo que le parece una vergüenza, mientras existen personas a las que aún les parece poco, mientras que naciones como Ecuador, Colombia y Paraguay tienen porcentajes menores. Por eso considera que México no puede llegar al bicentenario de la independencia con ese rezago.
Acerca de este mismo tema, el Rector general de la UdeG, Marco Antonio Cortés Guardado, dijo que la participación de las universidades es fundamental, en especial por las circunstancias que vive el país.
“Las políticas actuales en materia de educación superior, ciertamente han sido útiles para aumentar la competitividad en nuestras instituciones e incentivarnos a mejorar la calidad de las funciones sustantivas de la universidad pública, pero también han tenido muchos efectos y consecuencias no deseables, que nos obligan a repensar todo lo que ha pasado por la universidad pública mexicana en las últimas décadas”.
Guadalajara, Jal., 30 de noviembre de 2008
Texto: Laura Sepúlveda
Fotografía: José María Martínez
Edición de noticias: LCC Lupita Cárdenas Cuevas