Todos los gobiernos de izquierda deben atender la seguridad pública y establecer una política propia sobre el tema, coincidieron en señalar los cinco especialistas que participaron en la mesa “La crisis de seguridad pública, violencia, crimen organizado, inestabilidad social”, que se realizó dentro del Encuentro Internacional la Izquierda Democrática.
Estos temas son realidades centrales y complejas en su composición, causalidad e interacciones; en México hay historias de éxito como en el DF, y de fracaso, como Michoacán, señaló el moderador Luis F. Aguilar Villanueva, coordinador de la Red de Políticas Públicas de la Universidad de Guadalajara, al hacer una introducción de la segunda mesa que se llevó a cabo en el Paraninfo de la máxima casa de estudios de Jalisco.
La izquierda en América Latina no debe regalarle el tema de la seguridad a la derecha, afirmó Jorge Castañeda Gutman. En México, es un reto esencial y dijo que hay lecciones importantes en Nicaragua, en la tregua entre pandillas en El Salvador, uno de los países con más violencia en el mundo, y en Venezuela, donde la violencia se ha incrementado.
El ex secretario de Relaciones Exteriores, dijo que la izquierda en México debe caminar más hacia la legalización de algunas drogas, como la marihuana, establecer una policía nacional, que excluya a las estatales y municipales, como lo ha hecho Nicaragua y Colombia, e insistir en que el gobierno federal tenga una postura internacional más vigorosa contra las propuestas punitivas que recomienda EU y organismos internacionales.
La izquierda debe tener una política propia de seguridad; es uno de los temas más sensibles para los ciudadanos, explicó Antonio Navarro Wolf, político colombiano, ex militante del movimiento M19, y coordinador de diversas negociaciones de paz en el país sudamericano. Hay que ejercer la autoridad, enfatizó; hay que tener dos tipos de planes, uno frente a las grandes organizaciones criminales, con estrategias de inteligencia e información, y de la vida cotidiana del ciudadano, que se puede atender con policías próximos a la población.
Deben incorporarse modelos democráticos, afirmó por su parte Ernesto López Portillo Vargas, estudioso del tema y director del Instituto para la seguridad y la democracia. Algunos gobiernos usan la seguridad como un mecanismo de control social y no como un derecho de los ciudadanos. Este modelo, en el que se trabaja con la gente, apenas se empieza a incorporar en el discurso y ha tenido resultados exitosos en Europa central, EU, Canadá, Colombia, Chile y Nicaragua.
La inseguridad tiene que ver con un complejo sistema de justicia penal, subrayó Dante Haro Reyes, investigador del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH) de la UdeG y presidente del Consejo Consultivo de Seguridad Ciudadana de Guadalajara. Hay un círculo vicioso por la cifra negra de delitos que no aparece en la estadística y que es de un 88% y la impunidad que es de un 95%. Para revertir esta problemática servirán los nuevos paradigmas como juicios orales, justicia alternativa y las que se tienen que crear como la centralización de la seguridad pública en el ciudadano, prevención integral, empleo y educación.
En la mesa también participó Marcos Pablo Moloeznik, especialista en seguridad pública del CUCSH, quien entre sus investigaciones ha publicado dos estudios en “Jalisco a Futuro”.
A T E N T A M E N T E
“Piensa y Trabaja”
Año del Centenario de la Escuela Preparatoria de Jalisco
Guadalajara, Jal., 30 de abril 2014
Texto: Lucía López
Fotografía: Abraham Aréchiga
Requiere la izquierda una política propia de seguridad pública
El intelectual Jorge Castañeda se inclina por la legalización de la marihuana y la creación de una policía nacional, en el encuentro que se realizó en la UdeG