


A cuatro décadas del estreno de la película Canoa: memoria de un hecho vergonzoso, dirigida por el cineasta mexicano Felipe Cazals, su pertinencia, la vigencia de sus temas, su influencia en el cine mexicano, su estilo narrativo y su estética fueron analizados y reflexionados durante la mesa de análisis “A cuarenta años de Canoa”, en el marco del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG), y con la presencia de su director.
Al tomar la palabra, Cazals, quien recibió el Oso de Plata en el Festival Internacional de Cine de Berlín por este filme, fue breve y preciso al decir que Canoa “es una película importante para el cine mexicano y para México”. “Quiero dejar claro que un director de cine solo no hace las película. Canoa fue hecha con mis colaboradores: escritor, fotógrafo, técnicos, actores, y es gracias a ellos que también existe la película”.
Durante la presentación de los participantes, el director del FICG, Iván Trujillo Bolio, dijo que “veníamos saliendo del conflicto estudiantil del 68 que terminó con una matanza. Canoa no estuvo exenta de polémicas, forma parte de la renovación del cine mexicano”.
“Canoa se estrenó en 1976 en la Ciudad de México y en 1998, en su reestreno, Cazals afirmó que era una película para la juventud”, recordó Guadalupe Ferrer, moderadora de la mesa, quien apuntó que durante cuatro décadas, la juventud y el público en general han conocido y apreciado esta obra.
Fernanda Solórzano, ensayista y crítica de cine, dijo que “Canoa apeló a emociones primarias. En concreto, apeló al miedo, que es de todas las emociones humanas la más primitiva y quizá la menos controlable, como lo podemos ver en los propios habitantes de San Miguel Canoa”.
En esta mesa de análisis “A cuarenta años de Canoa”, que tuvo lugar en el paraninfo Enrique Díaz de León, participaron además el escritor Gerardo de la Torre, los críticos de cine Juan Arturo Brenan y Leonardo García Tsao, y José Woldenberg.
AT E N T A M E N T E
“Piensa y Trabaja”
Guadalajara, Jal., 8 de marzo de 2016
Texto: Wendy Aceves
Fotografía: José María Martínez