La cátedra Dr. Mario Rivas Souza, convocó en el Paraninfo Enrique Díaz de León, a profesores, académicos, investigadores y estudiantes, tanto de medicina como de derecho, con el firme objetivo de reconocer en vida al hombre que por más de cinco décadas ha trabajado en beneficio de la Medicina Forense de Jalisco y del resto del país, al profesor emérito de la Universidad de Guadalajara.
El primero en dirigirse al homenajeado fue el rector del Centro Universitario de Ciencias de la Salud, el doctor Víctor Ramírez Anguiano, quien en su mensaje reconoció la importancia de la labor del médico forense, al que se refirió como un amigo querido y entrañable, además indicó que con la cátedra se cumple con un deber de agradecimiento y de justicia.
“Lo identificamos como un maestro ejemplar, como un profesional competente, pero sobre todo como un hijo distinguido de la Universidad de Guadalajara, que siempre ha retribuido con creces, con agradecimiento y con generosidad lo que nuestra alma mater le ha brindado desde hace más de 50 años”, señaló.
El rector del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades, maestro Pablo Arredondo, en su intervención hizo un recuento de la trayectoria del doctor Mario Rivas Souza desde sus inicios, en la que destacó la instalación del primer horno de cremación, en contra de las creencias de aquel tiempo.
“Ha dedicado su vida no tan sólo a procurar la prolongación de la existencia y la calidad de vida, sino que ha puesto su mirada de especialista a indagar en el pretérito de lo que fue, como si fuera filólogo del fin de la existencia”, comentó el rector para describir el trabajo de quien también ha sido formador de muchas generaciones de la medicina legal.
Dentro de este evento se proyectó una reseña con fragmentos de entrevistas realizadas hace algunos años, fotografías de sus inicios en la antigua escuela de medicina, así como anécdotas contadas por él y su familia; entre ellas destacó la que vivió en las explosiones del 22 de abril en Guadalajara, así como la muerte del cardenal, Juan Jesús Posadas Ocampo, autopsia cuestionada en ese tiempo y la actualidad ya cuenta con el reconocimiento científico.
Después de la proyección de imágenes, el doctor Mario Rivas Souza, recibió de manos del Rector general de la Universidad de Guadalajara, doctor Marco Antonio Cortés Guardado, un reconocimiento a sus 56 años de trayectoria profesional y a su labor humanitaria, enseguida el especialista en medicina legal hizo uso de la palabra para agradecer este homenaje.
“Agradezco profundamente a las autoridades de nuestra máxima casa de estudios, desde el rector y los rectores anteriores, que me han tolerado y me han aguantado, todas esas necedades que va teniendo uno conforme se va volviendo viejo… la Universidad de Guadalajara me enseñó a ser honesto profesionalmente y yo no he fallado en la honestidad profesional que le debo a mi universidad, a mi escuela de medicina y a mi hospital civil”, puntualizó.
Para finalizar, el Rector general tomo la palabra, se dijo orgulloso de tener la oportunidad de formar parte de este reconocimiento al Doctor Rivas Souza.
“Celebro por lo tanto que su nombre perdure entre nosotros, lo reconozcamos hoy en su justa medida pero que nos aseguremos de que va a perdurar en la conciencia de esta comunidad universitaria, pero para asegurarnos de que esto así suceda, nos da gusto que permanezca asociado a una cátedra universitaria, que es lo medular de nuestro quehacer”.
Como parte del programa de la Cátedra, el día de hoy a las 19:00 horas se realizará la inauguración del Auditorio y Museo Doctor Mario Rivas Souza en la antigua escuela de medicina, además el día de mañana se llevarán a cabo los Seminarios “Responsabilidad médica e investigación forense y “Estudio forense de las muertes relacionadas con consumo y tráfico de drogas”.
Guadalajara, Jal., 25 de junio del 2009
Texto: Karina Alatorre
Fotografía: Abel Hernández
Edición de noticias: LCC Lupita Cárdenas Cuevas