Imponer los intereses políticos por encima de los económicos, o viceversa, no es el modo más sano de actuar en los asuntos que afectan a las sociedades, por lo tanto se deben buscar esquemas que concilien ambas racionalizaciones, explicó el doctor Armando Menéndez Viso, jefe del Departamento de Filosofía de la Universidad de Oviedo, España.
El también doctor en filosofía por la Universidad Complutense de Madrid, dictó la conferencia “Racionalidad económica, racionalidad política”, en el Auditorio Salvador Allende, del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH). El acto fue moderado por Trinidad Padilla López, profesor-investigador de este centro.
“Hay que entender por qué se separan estos dos tipos de racionalidad. Por qué a veces se impone una racionalidad económica por encima de las políticas, o a la inversa. Hay que (replantarnos) si esto tiene sentido. El debate debe producirse en otros términos. No de economía contra política o de política contra economía, sino más bien en términos de intereses y de valoración de las personas implicadas en esos intereses”, afirmó en entrevista.
Durante la conferencia reflexionó que la economía que antes se entendía como una disciplina exclusiva de los mercados, ahora está reclamando para sí los espacios de las tomas de decisiones. Incluso durante la conferencia, contrastó dos definiciones de esta ciencia acuñadas por diferentes economistas y resaltó la de Joseph Stiglitz, la cual ya desborda el ámbito exclusivamente económico.
Citó que el concepto diseñado por el Premio Nobel reza: “La economía estudia cómo los individuos, las empresas, los gobiernos u otras organizaciones, presentes en nuestra sociedad, toman decisiones y cómo estas decisiones determinan el uso que la sociedad hace de sus recursos”.
Incluso existen definiciones que consideran que “una decisión económica es la más deseable entre las posibles”. Ante ello, el especialista insistió en que mientras la economía busca maximizar recursos, ingresos o utilidades, la política es más bien una disciplina pragmática y no siempre esas decisiones son las más idóneas para cimentar desarrollo a futuro.
“Hay que ver exactamente qué es lo que se juega. No es que la economía esté jugando contra la política y viceversa, sino que hay intereses qué poner sobre la mesa”.
Todo depende de las circunstancias y los intereses en juego: “Se trata de articular esos intereses para que el resultado final no dañe más a unos que a otros”
Al dar la introducción de la conferencia, el maestro Trinidad Padilla López consideró importante reflexionar sobre el comportamiento de los grandes agentes económicos frente a una racionalidad política y velar por una integración teórica que privilegie el uso de la razón.
A T E N T A M E N T E
"Piensa y Trabaja"
Guadalajara, Jal., 20 de abril 2016
Texto: Julio Rios
Fotografía: Gustavo Alfonzo
Recomiendan no anteponer intereses económico-políticos en decisiones públicas
La economía ahora reclama lo que hasta hace un tiempo se consideraba exclusivo del ámbito político y, por ello, deben conciliarse esas posturas
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