Fueron tres alumnas del Sistema de Educación Media Superior (SEMS) las ganadoras del concurso “Cartas al autor”, inspiradas en la obra El rastro, del escritor Antonio Ortuño, las cuales fueron premiadas en ceremonia encabezada por el maestro Ernesto Herrera Cárdenas, secretario académico del SEMS, de la Universidad de Guadalajara (UdeG), en representación del director general, Javier Espinoza de los Monteros Cárdenas y Socorro Venegas Pérez, coordinadora general de Obras Infantiles y Juveniles del Fondo de Cultura Económica (FCE).
En esta edición del concurso –que este 2016 cumplió quince años– alumnos del SEMS y de escuelas incorporadas leyeron El rastro y escribieron una carta al autor en la que plasmaron sus impresiones de lectura. El fin del concurso es motivar a los estudiantes para acercarse a la lectura y a los universos que crea la literatura.
La licenciada Lilia Mendoza Roaf, coordinadora de Difusión y Extensión del SEMS, resaltó que gracias al concurso “Cartas al autor” han incrementado los lectores, ya que para esta edición fueron recibidas 13 mil 300 cartas, más que en cualquier otro año.
Mónica Alejandra Ibarra Hernández, alumna de la Preparatoria 13, obtuvo el primer lugar; Alexandra Guadalupe Fonseca Reynaga, de la Preparatoria Regional de Atotonilco, el segundo y Alejandra del Rocío Larios Villaseñor, de la Preparatoria Regional de Zapotlajeno, el tercero.
Se otorgaron, además, tres menciones honoríficas: a Carlos Emmanuel Castillo Núñez, de la Preparatoria de Tecolotlán; a Cristina Gómez Fuentes, de la Preparatoria de Tepatitlán y a Nayeli González Ortiz, del Instituto Esperanza.
Fueron reconocidos los académicos que fungieron como asesores de los alumnos ganadores: Rocío Rivera González, de la Preparatoria 13; Martha Rodríguez Ramírez, de Atotonilco y Alejandro Álvarez Jiménez, de Zapotlanejo.
Los alumnos ganadores se hicieron acreedores a 5 mil pesos para el primer lugar, el segundo, 4 mil y el tercero, tres mil, otorgados por el SEMS, y a cada uno se le dio también un paquete de libros del FCE, y una constancia. Tras la ceremonia de premiación, el escritor Antonio Ortuño sostuvo una charla con los jóvenes de preparatoria sobre el proceso creativo de su obra y su trayectoria como escritor.
Ortuño contó que intentó escribir El rastro por primera vez cuando tenía 18 años. “Anoté ideas sobre lo que pasaría y cuáles serían mis personajes. El principal obstáculo fue que no tenía idea de cómo escribir una novela, insistí poco tiempo y después abandoné el proyecto. Veintidós años después me plantearon escribir un texto para la colección ‘A través del espejo’, del FCE. Ya tenía idea de cómo hacer una novela, pues tenía once libros publicados, por lo que revisé las notas que escribí a los 18 años”.
Escribir sobre jóvenes para Ortuño fue un reto, ya que, aseguró, no conoce muchos de los aspectos de la cultura juvenil contemporánea, así que creó a sus personajes basado en el joven que él había sido hace 22 años.
El autor señala que los adolescentes de hoy pueden identificarse con los jóvenes-personajes del libro, ya que comparten características comunes a pesar de la diferencia de épocas. En el libro, el autor describe también la tecnología de la época que calificó de casi ridícula, como “los teléfonos que funcionaban con moneditas, los faxes y otros dinosaurios tecnológicos que actualmente invocan a la risa”.
En cuanto a México, Ortuño expresó: “Sigue siendo muy parecido y a la vez peor que cuando yo era joven. Ya era inseguro, injusto y peligroso entonces”.
El escritor y periodista Antonio Ortuño nació en Zapopan, Jalisco, en 1976. En su novela
El rastro, Paulo, un joven que cursa la preparatoria, desaparece en Casas Chicas y es buscado por Luis, su mejor amigo, y su hermana Sofía. En su busca, Luis y Sofía descubren que el caso de Paulo no es el único; son más los desaparecidos.
A T E N T A M E N T E
“Piensa y Trabaja”
Guadalajara, Jal., 4 de diciembre 2016
Texto: Martha Eva Loera
Fotografía: Gustavo Alfonzo