Poeta Reina María Rodríguez imparte conferencia en Cátedra Julio Cortázar

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La sociedad les da un lugar menos práctico y más simbólico a los poetas

Reina María Rodríguez inició su contacto con la literatura desde niña. Su vocación como escritora tuvo lugar a raíz de su frustración de su deseo de ser bailarina, por un problema en su columna vertebral. Una clienta de su madre –que era costurera– le llevaba libros que despertaron su interés por la lectura; éste prosiguió en el transcurso de su vida y se volvió muy importante; así lo contó la poeta cubana ganadora del Premio Iberoamericano de Poesía “Pablo Neruda” (2014), quien impartió una conferencia magistral dentro de la Cátedra Julio Cortázar, en el paraninfo Enrique Díaz de León de la Universidad de Guadalajara.
 
“En mi niñez leía obras de Emilio Salgari y los hermanos Grimm, entre otros, pero después leí Retrato del artista adolescente, de James Joyce. No lo comprendí en ese momento, pero me dio un lenguaje, un camino y un sonido, una manera de ver que me hizo entrar de lleno a otro mundo: el mundo de la literatura”.
 
Para María Rodríguez la literatura es una cadena donde unos autores influyen a otros, de manera que no puede explicarse, por ejemplo, el presente de la poesía cubana sin considerar el pasado, a los poetas de otras generaciones.
 
La poeta recuerda con cierta nostalgia el periodo donde autores de diferentes poéticas y voces se reunía en la azotea de su casa para leer sus textos y hablar de otros autores, la lectura se volvió aún más importante para ella. “Quería ser aceptada, y para ello tuve que luchar, lo que me ayudó e incentivó a leer a diferentes autores para hablar sobre ellos”.
 
Durante la conferencia magistral comparó a la costura con la poesía, ya que “ambos son enamoramientos caros y frágiles, golpes de remo, puntadas donde ensartar la trama de una pequeña existencia y el artista es un abejorro que cruza de un sitio a otro transportando hilos, costumbres, sentidos y hasta el aire que propicia o contamina el espacio que le tocó vivir”.
 
Señaló que la sociedad moderna le da un lugar cada vez menos práctico y más simbólico al poeta, que mata su utilidad, su beneficio y hasta su sensibilidad, y comparó a la muerte de las utopías con la poesía, y “viene la prosa a darle mercado a lo que se dio: la esperanza”.
 
 
A T E N T A M E N T E
"Piensa y Trabaja"

Guadalajara, Jal., 22 de octubre 2015
 
Texto: Martha Eva Loera
Fotografía: Jorge Alberto Mendoza