No obstante que las lluvias han contribuido en la “limpieza” del Río Santiago, es necesario “atacar el problema de raíz”, es decir, vigilar y evitar que se contamine el afluente, aseveró el jefe del Laboratorio de contaminación y control ambiental de la UdeG, César Gómez Hermosillo.
Sobre los beneficios que trae las precipitaciones pluviales en el río comentó: el agua de lluvia es más limpia. Por otra parte, es tanta la cantidad de agua, que en cierta forma, diluye lo que está ahí. Otro punto, es que los torrentes se llevan todo a su paso, ya sea sólido, líquido, aceitoso y tierra.
El académico del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías de la UdeG, dijo que de acuerdo a comentarios de la población, la cantidad de agua ha reducido el lirio. Incluso, consideró que el agua, al llevarse el agua estancada disminuye el olor y los zancudos en la zona de El Salto y Juanacatlán.
Gómez Hermosillo reiteró que el río no se debe limpiar, por que la naturaleza de alguna manera se encarga de esto. Lo que se requiere es no contaminar, por que además de los daños ambientales, afecta la salud pública. “Es como si queremos curar a la gente, pues mejor que no se enferme, más vale prevenir”.
Además, con las lluvias tan sólo el problema “se mueve de lugar”, ya que parte de los contaminantes “van a parar al mar, o bien, se degradan en el camino. En el caso de los sólidos se detienen en el siguiente sitio donde exista una pared o se atore, ya sea Puente Grande, Guadalajara, Colimilla, en Arcediano”.
Respecto a las inundaciones ocurridas en la colonia de la azucena comentó: “la última vez que estuve en el sitio, observé que hay una explanada pegada al río. Considero que es necesario establecer un desagüe correcto, que conduzca el agua al Santiago, de lo contrario, la zona seguirá presentando este problema.
Guadalajara, Jal., 17 de julio de 2008
Texto: Eduardo Carrillo
Fotografía: Internet
Edición de noticias: LCC Lupita Cárdenas Cuevas