Por sus aportaciones científicas a favor del medio ambiente, Mario Molina Henríquez, Premio Nobel de Química, recibió esta tarde el Doctorado Honoris Causa por la Universidad de Guadalajara de manos del Rector General de esta casa de estudios, Marco Antonio Cortés Guardado.
En sesión solemne, el pleno del Consejo General Universitario de la UdeG, reconoció la labor de este fisicoquímico en el tema de cambio climático y por ser pionero en estudiar la química de la capa de ozono en la estratósfera.
Luego de recibir la medalla y un reconocimiento, Molina agradeció la distinción otorgada, de la que dijo, es un estímulo para seguir estudiando los temas que hasta ahora ha desarrollado y que lo han llevado a ser uno de los científicos mexicanos más reconocidos en todo el mundo.
Escueto en su discurso, destacó que estar en la UdeG le permite acercarse a los jóvenes, y que éstos conozcan los problemas que tiene el planeta y que requerirán cambios muy profundos. “Los jóvenes son quienes tendrán un papel definitivo en el diseño del destino de nuestro planeta”, afirmó.
En reunión posterior con medios de comunicación, dijo que seguirá teniendo una vinculación con la UdeG mediante el Centro Mario Molina, mismo que preside, y en el cual algunos estudiantes tendrán la posibilidad de realizar estancias de investigación por algunos meses que les permitan complementar sus estudios en materias relacionadas con medio ambiente, ecología, calidad del aire y sus reacciones químicas.
Durante la ceremonia de impostura del doctorado, los rectores de los centros universitarios de Ciencias Exactas e Ingenierías, Víctor González Álvarez y de Ciencias de la Salud, Víctor Manuel Ramírez Anguiano, hicieron un recuento de la trayectoria de Molina así como la relación que ha tenido con esta casa de estudios.
Además de los funcionarios y consejeros universitarios, estuvo presente en la ceremonia la premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú, quien también recibió el Doctorado Honoris Causa por parte de la UdeG en 1993.
Mario Molina es ingeniero químico de profesión por la Universidad Nacional Autónoma de México y con posgrados en esta área, realizados en Alemania y Estados Unidos. En 2009 fue nombrado parte del Consejo Presidencial de Asesores en Ciencia y Tecnología, por el presidente estadunidense Barack Obama.
Forma parte de la Academia Nacional de Ciencias y del Instituto de Medicina de los Estados Unidos, de la Pontificia Academia de las Ciencias del Vaticano, de la Academia Mexicana de Ciencias, la Academia Mexicana de Ingeniería y del Colegio Nacional, entre muchas otras organizaciones científicas y académicas en todo el mundo.
El 1 de octubre de 1995, Molina recibió el Premio Nobel de Química, junto con su compañero de investigaciones el reconocido científico estadunidense Sherwood Rowland y el danés Paul Crutzen, por sus trabajos sobre el impacto que ciertos gases industriales tenían en el adelgazamiento de la capa de ozono en el planeta.
Guadalajara, Jal., 25 de febrero de 2010.
Texto: Mariana González
Fotografía: Francisco Quirarte
Edición de noticias: Lupita Cárdenas Cuevas