


En México nos hemos acostumbrado a la muerte, y el periodismo tiene la tarea de contar la violencia sin que deje de importarnos, afirmó el periodista corresponsal del diario El País, Pablo Ferri Tórtola, durante su conferencia “Cómo cubrir historias y cómo cubrirse mejor”, que formó parte del Seminario de Periodismo que organiza la Coordinación General de Comunicación Social (CGCS) de la Universidad de Guadalajara.
El Premio Nacional de Periodismo 2016 en el género de Crónica, con el trabajo “¿Cómo es buscar el cuerpo de un familiar?”, afirmó que en los últimos 12 años la violencia se ha posicionado en el discurso nacional, en el que ha sido presentada con “palabras y frases huecas”.
Dijo que la violencia ha arrasado a todos, tanto a la población como a los medios de comunicación que intentan contar lo que pasa como si fuera “el borrador de la historia”.
“La violencia nos ha arrasado de la misma forma que un huracán arrasa por donde pasa; ahora imagínense un huracán que dura más de una década, un huracán al que la ciudadanía se acostumbra y del que se habla como antes se hablaba de la brisa, como algo tolerable y nos acostumbramos a eso, lo toleramos porque ya hace mucho tiempo que el viento sopla así, que las casas salen volando y las calles dejaron de existir y todo es ahora normal por absurdo que parezca”, expresó.
En una charla a la que asistieron estudiantes y periodistas en activo, Pablo Ferri recalcó que en la mayoría de los casos de masacres, desapariciones o muertes que han ocurrido en el país en años recientes, como los casos de Tlatlaya, las fosas clandestinas o la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, “las palabras protagonizan una tragedia mayor”, pues dejan de tratar de ocultar la realidad para “convertirse en puro veneno”.
Se refirió a la cobertura periodística que han hecho algunos medios de comunicación de la llamada “guerra contra el narcotráfico” emprendida por el Presidente Felipe Calderón y las consecuencias que ha ido desde tratar de contar el dolor de las víctimas y sus familias y desnudar las investigaciones, hasta tratar de criminalizar a las mismas víctimas.
“Es la victoria del cinismo. La tranquilidad con la que se usan palabras huecas para lanzar teorías que desplazan el horror a un lado, de tal forma que la muerte, la desaparición de alguien, el dolor de los que quedan atrás, deja de ser lo importante, lo central”, denunció.
Pablo Ferri retomó la idea de la periodista Daniela Pastrana, quien asegura que el periodismo debe contarse como si se estuviera arriba de un árbol, es decir, tratando de encontrar puntos de vista novedosos que hablen de los temas sociales que son importantes en el país.
“En el terreno del periodismo narrativo, subirse a un árbol es uno de los caminos, y cuando digo subirse a un árbol es rebanarse los sesos para buscar o encontrar un punto de vista original que se aleje o trascienda los clichés del género”, subrayó.
Añadió que este esfuerzo requiere que el periodista encuentre “el enfoque y decidir cómo va a contar algo que ya se está contando”, de manera que sea útil para la sociedad. Y puso como ejemplo el trabajo especial realizado por el colectivo Quinto Elemento Lab, que realizó un mapa de fosas clandestinas en todo el país mediante solicitudes de información.
Pablo Ferri, quien ha realizado reportajes acerca de diversos temas relacionados con los asesinatos, la violencia y las desapariciones generadas por el crimen organizado, recomendó a los estudiantes buscar historias que les provoquen curiosidad y trabajarlas de manera independiente y exhaustiva para “escapar de la mediocridad de la nota” diaria.
A t e n t a m e n t e
“Piensa y Trabaja”
Guadalajara, Jalisco, 29 de noviembre de 2018
Texto: Julio Ríos
Fotografía: David Valdovinos