Además de la escasa inversión gubernamental, las instituciones de educación superior en México carecen de un sistema de vinculación efectivo, que les permita recibir recursos extraordinarios del sector privado con los cuales desarrollar proyectos científicos y tecnológicos, pues las grandes empresas no están interesadas en destinar dinero a este rubro.
La gran mayoría del sector productivo está conformado por micro, pequeñas y medianas empresas, cuyas ganancias no les alcanzan para invertir en investigación y desarrollo de nuevos productos tecnológicos de punta, pero tampoco las que tienen gran capital desean hacerlo, pues prefieren a la manufactura y la maquila, señaló el director general de Divulgación de la ciencia de la UNAM, René Drucker Colín.
El investigador, quien ha sido miembro del Consejo Consultivo de Ciencias de la Presidencia de la República, dijo que ello ha propiciado que el país haya decrecido en competitividad y creación de fuentes de empleos de calidad en los últimos años, pues no pasamos de una nación “de maquiladores, sin proyectos de largo plazo y sin empresas que tengan un capital de riesgo para producir bienes y servicios con un valor agregado”.
Durante su visita a la Universidad de Guadalajara, para dictar una conferencia en el paraninfo Enrique Díaz de León, subrayó que el capital humano y científico de las universidades del país es desaprovechado no sólo por el sector empresarial sino por los mismos gobiernos federal y estatales, pues “prefieren tener consultores extranjeros que usar los conocimientos generados por las instituciones educativas para resolver los problemas del país”.
Drucker Colín dio un panorama del estado que guarda la ciencia y la tecnología en el país, rubro en el que dice, nadie quiere invertir. Y ello se refleja en el ínfimo crecimiento de la inversión gubernamental desde 2000, que no ha pasado de 0.4% del Producto Interno Bruto (PIB) y del 0.25% si a financiamiento de proyectos se refiere, según cifras oficiales.
Sin embargo, en la realidad esta cifra se ha mantenido en 0.2%, ya que el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología contabiliza el dinero que reciben las dependencias federales para investigación, pero éste es gastado en otras cosas, dijo durante la conferencia Importancia de la ciencia y la divulgación en México, realizada en el marco del Día del biólogo.
El académico miembro del Sistema Nacional de Investigadores con nivel de excelencia hizo una comparativa sobre lo que destinan otros países al rubro de la ciencia. Brasil y España poco más del 1% del PIB, Suecia 4.3 y los miembros de la Unión Europea destinarán de manera obligatoria 2% de su PIB para 2015.
Y tampoco se apuesta a la formación y captación de recursos humanos de alta calidad, pues mientras en Estados Unidos se gradúan al año entre 45 y 50 mil estudiantes con doctorado, y en España y Brasil 10 mil, en nuestro país tenemos sólo dos mil doctores al año. Aún más: “cuando éstos terminan su posgrado no encuentran empleo ni en las universidades, pues no hay suficientes plazas, ni en las empresas que no les interesa contratar personal con alta especialidad”.
Enfatizó que los gobiernos mexicanos de los últimos 12 años no han tenido un proyecto de nación a largo plazo que nos permita un crecimiento sostenido. “El desarrollo pasa por el apoyo decidido a la educación, la ciencia y la tecnología. Si no lo hacemos, México está cancelando la posibilidad de tener un buen futuro”.
Guadalajara, Jal., 22 de febrero de 2010.
Texto: Mariana González
Fotografía: Francisco Quirarte
Edición de noticias: Lupita Cárdenas Cuevas