La mini ficción o microrrelato no tiene definido aún su lugar dentro de la literatura. Algunos consideran que ya tiene un lugar, y otros lo miran con desdén, como un subgénero. “Se ha dicho que podría parecerse a una letra de una canción, un chiste, un aforismo o un periquete. Se caracteriza por su brevedad y el final tiene que ser contundente”, explica el investigador del Departamento de Estudios Literarios del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), Sergio Guillermo Figueroa.
El especialista universitario señala que en ese tema es reconocido el escritor Augusto Monterroso como uno de los maestros, sobre todo por su composición de “El dinosaurio”: “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”, considerado por años como el microrrelato más breve de la literatura universal, hasta la aparición de “El emigrante” de Luis Felipe Lomelí: “¿Olvida usted algo? ¡Ojalá!”.
Figueroa realiza una investigación sobre el tema con base en los microrrelatos que aparecieron en la revista El Cuento, fundada en 1963 por Edmundo Valadez y que dirigió hasta su muerte, en 1994 y en el que aparecieron más de 110 números. “Me gustaba mucho, porque no solo compilaba a autores universales, sino que tenía una sección dedicada a la mini ficción, por lo que contribuyó mucho a dar a conocer el género”.
“Como era un texto híbrido, porque parecía chiste, broma, muchos no lo tomaban como alta literatura, sino como una ocurrencia. Pero, de hecho, muchos autores reconocidos han recurrido a este género. El Cuento contribuyó mucho a darle fama, y ahora hay tesis doctorales, conferencias y hasta congresos sobre el tema en diferentes partes del mundo. Entonces pensé hacer una investigación de las estrategias narrativas y tipologías temáticas que hay en esa revista”.
Explica que los editores de la revista, entre ellos Juan Rulfo, José de la Colina y Eraclio Zepeda, tenían un concurso permanente y las reglas contemplaban la brevedad, desde una línea hasta una cuartilla. “El público interesado podía enviar sus relatos y los analizaban. Yo mandé algunos y me los rechazaron. Me decían que lo que me había fallado era el final, que tenía que tener punch, una especie de nocaut. Esa era una de sus principales estrategias, un final contundente”.
“Otras de las características de la mini ficción son el ingenio y el humor. Si no hay humor, a veces no funciona. Por ejemplo, una titulada ‘Edipo gay’, dice ‘Mató a su madre para casarse con su padre’. O esta otra: ‘Mi casa ayer fue una fiesta. No me mandaron a acostar temprano. Bebí mucho refresco. Vinieron de visita tíos y parientes. Todo, gracias a la muerte repentina de mi hermanita’”.
A T E N T A M E N T E
“Piensa y Trabaja”
Año del Centenario de la Escuela Preparatoria de Jalisco
Guadalajara, Jal., 28 de enero 2014
Texto y fotografía: Juan Carrillo Armenta
Mini ficción, género literario bajo estudio
Investigador universitario analiza las mini ficciones de la revista El Cuento, de Edmundo Valadez
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