“Quien conoce Madrid, siempre tiene la tentación de volver, y quien vuelve, es como si lo hiciera por primera vez”. Conclusión sugestiva y provocadora sobre la capital española por parte de los escritores Jorge F. Hernández, Antonio Ortuño y Emiliano Monge, en la charla que compartieron en el Pabellón del Invitado de Honor en la FIL Guadalajara 2017.
Como una tertulia entre amigos, expuesta ante un auditorio atento a las características y diferencias de la ciudad de Madrid con México, cada intervención justificó el verso de la canción compuesta por Agustín Lara, titulada “Madrid, Madrid, Madrid, en México se piensa mucho en ti”, que dio por título al acto en forma interrogativa: “Madrid, ¿los mexicanos piensan mucho en ti?”.
La guía amena de Jorge F. Hernández, columnista del diario El País y autor de la novela La emperatriz de Lavapiés, llevó la charla por temas diversos como futbol, historia, costumbres, gastronomía y otros aspectos que forman un “espejo trasatlántico” de similitudes entre dos culturas, sobre todo, por vía de la literatura.
La cercanía en muchos nichos, principalmente el editorial, destacó del vínculo el escritor y politólogo Emiliano Monge, Premio Iberoamericano de Novela “Elena Poniatowska” por su libro Las tierras arrasadas; son ahora las casas editoras madrileñas un vínculo entre los escritores latinoamericanos para que sus obras sean publicadas, a diferencia de lo que sucedía hace 50 años, cuando en “Madrid se pensaba mucho en México” porque aquí se editaban los libros que la dictadura franquista prohibía.
El escritor mexicano Antonio Ortuño, oriundo de esta ciudad de Guadalajara, recordó su vínculo familiar con Madrid: de la urbe reconocida por la Puerta de Alcalá, el Parque del Retiro, el Café Gijón, La Malasaña, las tapas, las croquetas y las cañas.
Para el autor de El buscador de cabezas y Recursos humanos, México y España tuvieron su punto de hermanamiento cumbre con el gobierno de Lázaro Cárdenas.
“Toda la identidad del mexicano había sido construida en oposición con España, era parte del credo nacionalista revolucionario, y con la generosidad del exilio tuvo la posibilidad de cambiar eso. De un plumazo se dio la oportunidad de un encuentro que, para México, fue importantísimo”, reflexionó.
“Tenemos recuerdos de personas mayores que aprendieron a caminar en un Madrid que ya no existe”, dijo Jorge F. Hernández al hacer referencia a las huellas que dejó la Guerra Civil. Por consiguiente, el exilio español en México dejó una forma de literatura creada con el recuerdo de aquellos que vinieron a este país y ya no pudieron volver a su patria.
Los libros que evocaron para que Madrid no se les vaya del corazón son: para Jorge F. Hernández, un clásico, Fortunata y Jacinta, de Benito Pérez Galdós; para Antonio Ortuño, La tournée de Dios, de Enrique Jardiel Poncela y para Emiliano Monge, La conquista del aire, novela de Belén Gopegui.
Por ello, para que Madrid se quede, concluyó Jorge F. Hernández, “debe ser queriéndole y leyéndole”.
A T E N T A M E N T E
"Piensa y Trabaja"
Guadalajara, Jal., 26 de noviembre de 2017
Texto: Dania Palacios
Fotografía: Fernanda Velázquez
México y Madrid, lugares que se piensan entre sí
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