“Los gobernantes panistas no estudiaron la Biblia en Casa Jalisco, sino los postulados políticos de Maquiavelo para gobernar”, señaló el director del Centro de Estudios de Religión y Sociedad, del Centro universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), Juan Diego Ortiz Acosta, durante su intervención en el Seminario Permanente “Diálogos, Fe y Cultura”, que reunió esta mañana a catedráticos del ITESO, UNIVA y la Universidad de Guadalajara, en el museo Regional de Jalisco.
Durante su participación, que en esta ocasión giró bajo el tema: ¿Es posible la coincidencia entre ética y política?, el académico universitario preguntó: ¿Por qué el PAN nos toca a la puerta de la casa para pedir nuestro voto y luego, ya en el poder, ni caso nos hacen? ¿Es correcto destinar tanto dinero para las campañas políticas? ¿Es ético regalar dinero público para telenovelas y santuarios? ¿Estuvo correcto ocultar cifras del número de enfermos de dengue e influenza? ¿Es bueno que los gobernantes estudien la Biblia en Casa Jalisco?
Y luego leyó las recomendaciones que hace Maquiavelo a los gobernantes en su obra El príncipe: “Un príncipe prudente no debe observar la ley jurada cuando semejante observancia vaya en contra de sus intereses”; “Hay que saberse disfrazar bien y saber fingir y simular”; “está bien mostrarse piadoso, humano, recto y religioso, pero se debe estar dispuesto a irse al otro extremo si fuera necesario”; “el príncipe a menudo para conservarse en el poder se ve arrastrado a obrar contra la fe, la caridad, la humanidad y la religión”.
Y luego, Ortiz Acosta sentenció: “Al analizar los acontecimientos políticos locales y las máximas que están escritas en El príncipe, me parece que en Casa Jalisco, los gobernantes panistas no estudiaron la Biblia sino estudiaron a Maquiavelo. Maquiavelo convirtió la conservación del poder en regla y máxima de la actuación política, con todos los medios y a cualquier precio, que equivale la eliminación de una moral fundada en la trascendencia política”.
El investigador del ITESO, Jorge Narro Monroy, señaló que la moral y la política son un viejo dilema que aún está vivo. Luego de hacer un breve repaso histórico entre quienes están de acuerdo con que debe haber una relación estrecha y quienes no lo están, como el mismo Maquiavelo, señaló que el peligro más importante es el monismo entre ambas esferas y pensar que ética y política es lo mismo.
“El peligro es creer que la moral religiosa es la que debe regular la política. Afirmar, por ejemplo, que los valores que profesa el cardenal son los mismos para todos los jaliscienses, es caer en un monismo rígido. No podemos imponer valores morales solo porque yo tengo el poder y los otros no. Los Congresos son espacios para el diálogo y no para imponer sus propio criterio y valores”.
Al final del evento, académicos del ITESO, como Heriberto Vega Villaseñor, Ignacio Corona Cadena, Arturo Navarro Ramos; de Univa, Jorge Iván García Morando, Miguel Ángel Ortega Núñez, Aurelio González Rosales, y de UdeG, Miguel Romero Moret, Darío Flores Siordia, Julián Molina Zambrano, firmaron un documento en el que piden mayor congruencia a los políticos, y que sea la ética y valores como la justicia, la verdad, la honestidad y la solidaridad su bandera y compromiso ante el pueblo que los eligió, en la que muestran también su rechazo a la forma de gobernar del actual partido en el poder.
Guadalajara, Jal., 26 de junio del 2009
Texto: Juan Carrillo Armenta
Fotografía: Francisco Quirarte
Edición de noticias: LCC Lupita Cárdenas Cuevas