Reconocer las realidades es uno de los primeros pasos para abordarlas, conocerlas y proponer soluciones; y el caso de la pobreza no es la excepción, por lo que se le debe reconocer y enfrentar para garantizar el bienestar de las personas, declaró la filósofa española Adela Cortina durante la Cátedra Latinoamericana Julio Cortázar.
Como parte de las actividades de la 38 Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), la académica presentó en el Paraninfo Enrique Díaz de León la charla “Aporofobia, el rechazo al pobre. Un desafío para la democracia”.
La charla partió de la necesidad de abordar y conocer la palabra “aporofobia”, que se puede interpretar como el miedo o rechazo a las personas pobres; lo que Cortina consideró como un acercamiento a los alcances del término y las consecuencias que describe en la realidad.
En la sesión, habló sobre el uso de esta palabra, que apenas apareció en diccionarios españoles en 2017, y que ha formado parte relevante en su trabajo desde que la acuñara y presentara a finales del siglo pasado. “Me parecía muy importante que hubiera una palabra que está desvelando una realidad que existe y que si no se le pone nombre, no la reconocemos. Si no le ponemos nombre, no la reconocemos”, señaló.
Recordó fragmentos de Cien años de soledad, del escritor colombiano Gabriel García Márquez, y cómo en los inicios de la obra se hace referencia al inicio de los tiempos, cuando las cosas no tenían nombre y se les apuntaba con el dedo para nombrarlas.
“Las casas de barro y caña brava y las piedras pulidas del río pueden señalarse con el dedo, pero cómo mencionar las realidades personales y sociales que no tienen un cuerpo físico; es imposible indicar con un dedo la democracia, la libertad, la conciencia, la belleza, la hospitalidad, la justicia o la compasión”, añadió.
Por ello, recalcó también la importancia de señalar las realidades negativas, como el rechazo a extranjeros o a quienes son de otras razas; la aversión a las mujeres, el odio a quienes tienen otra tendencia sexual u otra creencia religiosa con sus nombres para reconocerlas, identificarlas, indagar sus causas y tomar posición ante ellas.
“Cuando las amenazas tienen un nombre propio, la sociedad las reconoce, las identifica y pueden prevenirse frente a ellas”, sentenció Cortina.
Es filósofa y catedrática de ética en la Universidad de Valencia, además de Directora de la Fundación Étnor; entre sus reconocimientos se encuentran los títulos de Doctora Honoris causa por instituciones como la Universidad Jaime I y la Universidad Nacional de Colombia.
En la cátedra, Cortina calificó a la aporofobia como una patología social, una enfermedad, y agregó que esta palabra encuentra su origen en el término griego áporos, relacionado con el término “aquel que no tiene nada”, y póbos, que significa “miedo”.
Señaló que existen diferencias entre la xenofobia y la aporofobia, y mencionó el caso de países como España, donde se promueve la visita de extranjeros con fines turísticos y económicos, pero se condena la llegada de refugiados y migrantes que no cuentan con un patrimonio.
Exhortó a las personas a convertirse en ciudadanos modernos, críticos, participativos e informados ante los grupos de poder y tomadores de decisiones que proponen ideas que fomentan la separación y el rechazo.
“Tenemos que ir generando una ciudadanía madura que no esté dispuesta a admitir que se les pongan vallas a los inmigrantes, o a los pobres, o a quienes vienen de una mala situación; eso debería de hacer perder votos y no hacerlos ganar”, apuntó.
Lamentó que exista la percepción de que las personas migrantes o refugiadas no aportan a las sociedades y la visión que se tiene de que sólo quienes tienen recursos pueden fomentar el desarrollo de las sociedades.
“Desde diciembre de 2017 tenemos una palabra para referirnos a esto, que es la aporofobia, pero con eso no hemos hecho más que empezar, nos quedan dos pasos más: averiguar cuáles son sus causas y tomar posición ante ella para cultivarla o desactivarla si creemos que es un atentado contra la dignidad de las personas y un desafío contra la democracia”, precisó.
Atentamente
“Piensa y Trabaja”
“30 Años de la Autonomía de la Universidad de Guadalajara y de su organización en Red”
Guadalajara, Jalisco, 3 de diciembre de 2024
Texto: Pablo Miranda Ramírez
Fotografía: Abraham Aréchiga