Las sociedades contemporáneas no admitimos la muerte como algo natural, la tendencia es la negación, comentó el doctor Francisco Javier Cortázar Rodríguez, investigador del Departamento de estudios sociourbanos en el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH) de la Universidad de Guadalajara (UdeG), al iniciar su conferencia La muerte como producto mercantil, en el Seminario mensual, Visiones funerarias.
Las manifestaciones culturales en torno a la muerte han cambiado en los últimos años, “antes moríamos frente a familiares, frente a los seres queridos, ahora morimos en un cuarto de hospital y frente a doctores, que en cuanto ven que vamos a morir, alejan a nuestros familiares… termina esto como un acto privado, porque los doctores ven que muere un paciente más”.
Anteriormente, continuó el doctor Cortázar, eran los familiares quienes vestían a los difuntos para enterrarlos –incluso a algunos los fotografiaban ya muertos-, ahora de eso se encargan los servicios funerarios… “queremos estar lejos de lo que tenga que ver con la muerte”. A tal grado ha llegado dicha negación, que “es por eso que surgió la tanatología, para enseñarnos a entender y comprender la muerte”.
Mantenernos alejados de la muerte fue lo que propició que surgiera la industria, la muerte como un producto mercantil, pues con ello se originaron los productos funerarios. Antes no era tan caro morirse como ahora, comentó el doctor Cortázar, quien es además, especialista en leyendas urbanas e industrias culturales y profesor de socioantropología del cuerpo en el Departamento de sociología.
Ahora existen los paquetes fúnebres –que incluyen desde el espacio para velar al difunto, hasta un libro donde los visitantes manifiestan sus condolencias- las esquelas, la música, las flores y demás productos de la industria de la muerte.
Además de que existen otros tipos de productos de esta industria, como el turismo necrológico, que consiste en la visita de los panteones en donde descansan los restos de personas célebres o la exhibición de cuerpos momificados.
El miedo a la muerte también forma parte de esta industria, expuso el doctor Cortázar, pues según comentó “ya existen ataúdes con un botón de emergencia por si nos entierran vivos”, o los seguros de vida, que también entran en esta clasificación, pues forman parte de esa incertidumbre sobre el momento en que llegará la muerte.
Pero estos servicios, concluyó el especialista, son un concepto más de los que han venido a modificar nuestro estilo de vida. “Fue a partir de la Segunda Guerra Mundial, cuando se impulsó este tipo de industria… pero lo mismo sucedió con otras industrias como la ropa, antes salía más barato comprar la tela y coser un vestido, ahora con la producción masiva, es más caro mandarlo hacer”.
Este seminario fue organizado por el Centro de Estudio de Religión y Sociedad del CUCSH, y consiste en una serie de dos a tres conferencias durante un día de cada mes. El ciclo es de julio a noviembre de 2009. Este jueves 27, además de la conferencia del doctor Cortázar presentada en la capilla del Museo Regional de Guadalajara, la maestra María del Rosario Gutiérrez Tello expuso El poder de la imagen post mortem.
Guadalajara, Jal., 27 de Agosto de 2009
Texto: Araceli Llamas
Fotografía: Abel Hernández
Edición de noticias: LCC Lupita Cárdenas Cuevas