La misión principal de las religiones es mejorar el mundo, sacar a los niños de las drogas, evitar los suicidios, la desintegración de las familias y del planeta por intereses económicos, sin importar cuál sea la fuente de inspiración de estas agrupaciones.
Lo anterior expresó durante la conferencia titulada “Unidad en la diversidad: el aporte de tradición india en el diálogo intercultural”, Bhatki Aloka Paramadvaiti Swami, quien es fundador del Instituto Superior de Estudios Védicos en América, en el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH).
“Son tareas en las que la religión debe unirse sin importar a quién adoren. En eso consiste la comunicación interreligiosa: en lograr algo juntos y mejorar. Evitar las confrontaciones bélicas movidas por intereses de personas que utilizan el lenguaje del poder para fomentar sus intereses personales, algunos estudios demuestran que en las últimas 30 guerras la única motivación es dinero para el bolsillo de creadores de armas y políticos”.
Durante la charla, organizada por el Departamento de Filosofía y el Centro de estudios de las religiones del CUCSH, en la que habló acerca de los antecedentes de la cultura hindú, dijo que en tierras latinoamericanas ve una espiritualidad y un misticismo que tienen raíces antiguas, las cuales vinculan al México antiguo con la India, aspecto que incluso el gobierno mexicano reconoce en un documento.
“Hablamos de miles de años atrás. Algo que muy poca gente sabe, es que los mexicanos estuvieron en la India cinco mil años atrás, y fueron los mayas quienes eran considerados como grandes tecnólogos y constructores”.
Explicó que existe un libro que habla de esta tierra como los frutos de los placeres, lo que contrasta con una India austera, por lo que describen a Sudamérica, desde México –que cuenta con cosas maravillosas– hasta Perú, como la Tierra de los placeres materiales.
Paramadvaiti Swami comenta que la religión, por antigua que sea, tiene que cumplir una sola función: la de iluminar y guiaros. En especial en momentos de precariedad del mundo, en los que es necesaria la espiritualidad para aprender a ser feliz con lo que se tiene.
Guadalajara, Jal., 11 de febrero de 2009
Texto: Laura Sepúlveda
Fotografía: Francisco Quirarte
Edición de noticias: LCC Lupita Cárdenas Cuevas