Es lamentable el fallecimiento repentino –producto de un paro cardiorrespiratorio– del escritor mexicano José Emilio Pacheco, poeta, narrador, ensayista, traductor y periodista. “Siempre pensé que al morir Octavio Paz, el gran poeta que nos quedaba era José Emilio Pacheco”, afirmó el doctor Marco Aurelio Larios, profesor investigador del Departamento de Estudios Literarios (DEL) del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH).
Su poesía no solo es el registro de su emotividad interna, sino también la realidad exterior. Es autor del poemario Miro la tierra (1987), inspirado en el temblor que sacudió a la capital del país en 1985. Su poesía no tiene una sola intención o un solo discurso poético. Puede ser social, en tono político o intimista; puede hablar de un acontecimiento importante de tipo público o histórico, o de un tiempo muy personal.
“Su importancia es trascendental para la literatura mexicana del siglo XX. En su obra puede verse reflejado el México de los años cuarenta, cincuenta y hasta principios del siglo XXI”, dijo resaltó el maestro Luis Medina Gutiérrez, jefe del Departamento de Estudios Literarios (DEL), del CUCSH.
Pacheco fue miembro de la llamada “Generación de los cincuenta”, que incluye a autores como Carlos Monsiváis, Eduardo Lizalde, Sergio Pitol y Vicente Leñero. Recibió galardones como el Premio Octavio Paz (2003), el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda (2004), el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2009) y el Premio Cervantes (2009). Fue homenajeado en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara con una lectura de su poesía y de su novela Las batallas del desierto, en 2009.
A T E N T A M E N T E
“Piensa y Trabaja”
Año del Centenario de la Escuela Preparatoria de Jalisco
Guadalajara, Jal., 27 de enero de 2014
Ver nota completa
Texto y edición web: Martha Eva Loera
Fotografía: Tonatiuh Figueroa
José Emilio Pacheco ganó lugar en literatura mexicana
Académicos del CUCSH lamentan la gran pérdida
Etiquetas: