En estado de indefensión se encuentra el periodista que cubre la nota policíaca en México, coincidieron especialistas invitados al Seminario de periodismo “Cobertura periodística en situaciones de violencia en la zona occidente de México , celebrada esta mañana en el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), de la Universidad de Guadalajara.
El evento arrancó con una conferencia dictada por la periodista especializada en crimen organizado y becaria de la Knight Foundation, Ana Arana, en la que hizo un diagnóstico sobre la tensa situación que vive el periodismo mexicano, ya que en los últimos ocho años han asesinado a 28 reporteros en la práctica de su oficio, sin que el Estado haya mostrado verdadera voluntad para aclarar el caso y hacer justicia.
Por lo mismo, puntualizó la invitada, hay la imperiosa necesidad de que los mismos reporteros extremen cuidados durante la práctica del oficio, “sobre todo con la información infiltrada de historias de algunos grupos o fuentes imprecisas, que muchas veces quieren que ustedes asuman alguna determinada posición”.
“Cubrir el crimen organizado, la delincuencia, los costos de poder, el narcotráfico son temas bastantes complicados y peligrosos. Los buenos y malos están por todos lados, por lo que deben ser muy éticos y limpios en el ejercicio de su profesión, y no exponerse al peligro de forma innecesaria”.
Esa situación que viven a diario los obliga a ellos y los medios para los que trabajan, “un plan de acción de seguridad, el cual les permita de inmediato contar con un protocolo para movilizar de inmediato a toda la sociedad. También hay que atender de manera puntual y no desdeñar las amenazas que les lleguen, porque los riesgos siempre estarán latentes al publicar notas de la corrupción gubernamental o del crimen organizado”.
Ana Arana sugirió tener cuidado hasta de la ropa que portan al cubrir su fuente, cuidarse de los ademanes, maneras de comportamiento, portar siempre sus credenciales de prensa, mantener su independencia periodística y nunca hacerse pasar por otra persona o de otra profesión. “Hay que dejar de hacer nota policíaca u obtener información ‘como sea’”.
El periodista de Quadratín, agencia michoacana de noticias, con 33 años en el oficio, 20 de ellos cubriendo la nota roja, señaló que “los periodistas estamos en un estado de indefensión, porque la desconfianza priva en todos nosotros, al saber que las agencias del ministerio público están coludidas con los grupos del crimen organizado. Hay un alianza entre los delincuentes y la autoridad, siempre tibia y timorata”.
El periodista del periódico El Noroeste, de Culiacán, Sinaloa, José Alfredo Beltrán, señaló durante su intervención que en su región han enfrentado el problema de los cacicazgos políticos que hacen que florezcan las alianzas entre éstos y los narcos. “Lo peor que nos puede pasar es que la prensa local nos demos por vencidos y caigamos, por la cotidianeidad de los crímenes, en la indiferencia”.
El coordinador de información, del semanario Proceso, Felipe Cobián, agregó que él nunca imaginó una situación en la que la labor periodística iba a estar en tal situación de inseguridad. “Lo peor es que temo que estamos al borde del narco poder, es decir, en la que no falta mucho para que nos gobiernen los grupos delictivos. La impunidad es el lastre que nos condena a nunca saber quiénes fueron los culpables de la violencia y de los crímenes”.
Organizado por la licenciatura en comunicación pública, del Centro de Estudios de la Comunicación Social, del CUCSH; por la Dirección general de Medios, de la UdeG, y por el Consulado General de Estados Unidos en Guadalajara, el seminario fue moderado por el periodista de Público-Milenio, Luis Miguel González, con la presencia de profesionales de los medios y estudiantes de periodismo.
Guadalajara, Jalisco, 17 de octubre de 2008.
Texto: Juan Carrillo Armenta
Fotografía: Francisco Quirarte
Edición de noticias: LCC Lupita Cárdenas Cuevas