A pesar de la imposibilidad que franquea el relativismo cultural, moral y cognoscitivo para normar la moral humana, es posible llegar a una objetividad mínima para lograr acuerdos entre grupos y establecerlos como normas de vida , señaló este mediodía el filósofo de la Kansas City University, Marcelo Sabatés, que esta tarde impartió su conferencia: Relativismo y objetividad: interfase entre la filosofía y las ciencias sociales a través de la antropología.
Invitado por el Departamento de Filosofía, del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), de la Universidad de Guadalajara, el especialista planteó la posibilidad ya discutida en diferentes épocas y lugares de poder hacer una moral universal y pasar del pluralismo descriptivo al monismo normativo. Como primer paso, dijo, es necesario crear un objetivismo mínimo para plantear los problemas y fijar principios morales .
El relativismo plantea ideas adecuadas, como la tolerancia entre personas y culturas, a no ser absolutistas y no tratar de imponer nuestra propia visión, pero no funciona como tesis filosófica ni el ámbito cognoscitivo ni valorativo. El problema es, pues, cómo basamos en una objetividad mínima sin tratar de establecer todo lo que la gente debería hacer, sino contar con reglas de comunicación cognitivas comunes y con reglas morales mínimas que legisle un porcentaje pequeño de prácticas humanas comunes, como pudiera ser la declaración de los derechos humanos .
Agregó que hay costumbres entre los diferentes grupos y personas que no tiene caso discutirlos si son correctos o no, como si deben vestirse de tal o cual manera las mujeres o si es incorrecto determinadas formas de dirigirse a los demás, pero en el caso de actos que tengan relación con la vida humana, como la tortura, los actos de racismo o la esclavitud, es necesario establecer criterios objetivos, porque hay un solo sistema moral correcto .
Marcelo Sabatés explicó que el camino para lograr la objetividad normativa puede estar basada en la objetividad de la gente, pero no va a estar completamente derivada de la opinión de la gente, porque si un grupo cree que es bueno torturar a los niños tendrá que ser aceptado. Entonces tiene que ser social y no individual, cuanto más amplio sea la base grupal y empírica, mejor.
Otra vía es comparar culturas y lograr acuerdos de comportamiento a pesar de la inconmensurabilidad que haya entre ella. Sí es posible establecer relaciones mínimas y comprensión de unas a otras. Siempre hay maneras de establecer mecanismos de comprensión. Cuando queremos entender a otra cultura será difícil, pero sí es posible.
Guadalajara, Jal., 30 de marzo de 2009
Texto: Juan Francisco Carrillo
Fotografía: Abel Hernández
Edición de noticias: LCC Lupita Cárdenas Cuevas