Graves son las consecuencias psicológicas para familiares y afectados ante amenaza de secuestro y, por lo general, requieren terapia, informó el doctor Héctor Camilo Sánchez Beltrán, profesor e investigador del Departamento de Clínicas de Salud Mental, del CUCS.
“Las personas viven situación de pánico y gran angustia, e incluso desarrollan una actitud de paranoia. También tienen delirio de persecución, a veces de forma injustificada, y presentan actitudes de aislamiento y de vivir al día”.
Aunque los más afectados son quienes reciben la amenaza directamente, los familiares viven una situación de crisis ante la disyuntiva de denunciar o no, incluso de pensar en un posible rescate.
“Otra de sus grandes preocupaciones son los posibles rescates: desde juntar el dinero, hasta lograr una posible y supuesta exitosa negociación”.
Ante esta situación, el especialista recomienda pedir ayuda profesional, la cual también deberá ser en caso de vivir una situación real, misma que afecta aún más el nivel psicológico y físico.
“Quien ha vivido un secuestro, puede presentar problemas para dormir, se vuelve obsesivo e incluso tiene ideas relacionadas con la muerte. En algunos casos, su casa es convertida en un búnker y hasta presenta aislamiento. Es decir, sale poco o lo indispensable, y la mayoría hasta se cambia de casa, ciudad o país, queriendo enterrar ese doloroso pasado”.
Para enfrentar ambas situaciones (tanto la amenaza como vivirlo), Sánchez Beltrán recomienda pedir terapia de forma inmediata, con el fin de fortalecer la seguridad personal, “pues en algunos casos se establece un nexo muy fuerte con los secuestradores, el cual debe ser cortado. Las personas llegan a escuchar su voz, a imaginar que lo están viviendo nuevamente. Son recuerdos dolorosos, que no los dejan vivir tranquilos”.
Según datos de la Procuraduría General de la República, el secuestro en el país aumentó 9.1 por ciento en los primeros cinco meses de este año, al pasar de 62.5 a 64.6 secuestros mensuales en promedio.
Guadalajara, Jal., 19 de agosto de 2008
Texto: Gala Aguilar
Fotografía: Internet
Edición de noticias: LCC Lupita Cárdenas Cuevas