El ensayo Ciencia ficción: cuando el destino nos alcance, del editor de La gaceta, Cristian Uribe Zermeño, así como el radiocuento La música del mar, del productor de Radio UdeG, Pablo Hernández Mares, ganaron el primer lugar y mención honorífica del IV Premio Julio Verne 2008, que organizan el Centro de Ciencia y Tecnología Planetario Severo Díaz Galindo; la librería José Luis Martínez, del Fondo de Cultura Económica; el Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología de Jalisco, y el Sistema de Universidad Virtual, de la Universidad de Guadalajara.
Cristian Uribe Zermeño comenta que su ensayo, que mereció el primer lugar, es una crítica a la posmodernidad, en el sentido de que “vivimos tiempos en los que lo políticamente correcto y lo maniqueo permean todas las relaciones humanas. Una de las citas que más utilizo es la de Ray Bradbury, que fue uno de los primeros escritores de ciencia ficción, quien señaló el advenimiento de una jerarquía conservadora, que persigue cualquier manifestación que se salga de la ortodoxia ideológica: Dios, patria y familia”.
Y es que, asegura, su interés es contra quienes piensan que la ciencia ficción es un género menor de la literatura. “Muchos críticos ortodoxos de la literatura creen que las obras de ficción modernas no pueden trascender, y esto no es así. El rigor del lenguaje, la metáfora, y el estilo presentes en las nuevas novelas de ciencia ficción, es el mismo que en cualquier otro tipo de estilo literario”.
En su primera participación, y con toda una vida detrás del interés por este género literario, Cristian Uribe Zermeño explica que finalmente la ciencia ficción “es una fuga que tiene dos principales misiones: la primera, salir de la realidad petrificada de un momento histórico, y la segunda, por medio de la adivinación o de la visión del futuro, tratar de explicar lo que significa el presente y cómo lidiar con la realidad”.
Hernández Mares, quien mereció una mención honorífica, dice que su producción recrea el diálogo entre una computadora y un personaje. Situado el escenario, que es una estación espacial internacional en el año 2050, el pasatiempo favorito de este personaje es poder hacer música con una máquina que es capaz de recrear sus pensamientos musicales y llevarlos a la computadora.
“Así que mientras él piensa la música, la computadora la va escribiendo y, mediante un software especial, la presenta con sonidos decodificados y musicalizados. Incluso el personaje pide a la computadora que le dé sugerencias para mejorar la pieza musical, y la máquina le da diferentes algoritmos para interpretarla. Cuando le pide cómo debería llamar la pieza, la máquina es incapaz de hacerla, y es cuando a él le recuerda la playa y el mar. El programa sigue, luego, con la pieza completa”.
El premio fue dado a conocer este 29 de octubre. Los otros ganadores fueron: en cuento, Max Sznaider, con su obra Puentes de brazos; Radiocuento, Fabián Pérez Ramírez, con La máquina de los huérfanos; Cortometraje, Raúl Miguel Ruiz Esquer, con Planos del cielo, y en la categoría de historieta, el ganador fue Marco Antonio González Parra, con Proyecto MUGEN. Por primera vez declaran desierta la categoría de hipercuento.
Los premios otorgados a los cinco ganadores constan de 10 mil pesos, constancia, un lote de libros del Fondo de Cultura Económica y un diplomado del Centro de Medios Audiovisuales, con valor de $4,500.00. El 4 de diciembre de 2008, a las 13:00 horas, en el salón Alfredo R. Plascencia, de Expo Guadalajara, durante la Feria Internacional del Libro, presentarán la edición impresa de las Memorias de ganadores en 2005, 2006 y 2007.
Guadalajara, Jal., 30 de octubre de 2008
Texto: Juan Carrillo
Fotografía: Internet
Edición de noticias: LCC Lupita Cárdenas Cuevas