Las estufas ecológicas o también llamadas estufas ahorradoras de leña, reducen riesgos en la salud en enfermedades como el cáncer de pulmón, asma, jaquecas y desprendimiento de retina, entre otras, informó la maestra Hermila Brito Palacios, investigadora del Departamento de Ciencias Ambientales del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA).
Hermila Brito destacó que estas estufas ahorran un 60 por ciento de leña y contaminan menos el aire. “Se trata de darle un respiro también a los bosques. Esta estufa saca totalmente el humo de las habitaciones, lo manda a la parte de arriba del techo a través de una estructura de canales que elaboramos en la cámara primaria y en las cámaras secundarias de la estufa, por lo que afecta menos las vías respiratorias”.
Explicó que este tipo de estufa está basada en la llamada “Lorena” de los años sesentas, nombrada así porque estaba elaborada únicamente por lodo y arena. Sin embargo, años después el modelo fue retomado por un grupo de investigadores de la UNAM, se evolucionó, le agregaron canales y se pensó en sacar el humo, este modelo fue bautizado como Patsari.
Posteriormente la investigadora Brito Palacios del CUCBA, con su tesis titulada “Construcción de saberes ambientales a través de una tecnología”, propuso darle un nuevo giro al modelo. Una de las principales transformaciones es que se agrandó la cámara primaria, (el hueco donde se pone la leña), que también tiene la función de micro horno. “Esta estufa tiene tres huecos, el más grande mide 30 x 60, lo crecimos, pues en la Patsari medía 22x 12”.
Las estufas ecológicas, dijo, pueden tener un costo alrededor de 800 pesos dependiendo de los materiales que se encuentren en la comunidad. “Están hechas de ladrillo barro y cemento. Si las comunidades cuentan con el material, el costo se abarata, puede salir hasta en 700 pesos. Depende del precio de los comales, del ladrillo de la comunidad, así que puede variar, subir o bajar.
Aseguró que este tipo de estufa puede durar mucho tiempo, hasta unos 15 años, siempre y cuando se le dé mantenimiento, se limpie constantemente “puede durar el tiempo de vida de un comal, hasta 20 años, porque es de metal”. La estufa mide 80 cm de ancho x1.25 de largo.
“Queremos que estas estufas lleguen a todas las comunidades rurales. Que los ayuntamientos se interesen en el proyecto. Con la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) hemos estado visitando algunos estados de la República para darle difusión y promover la transferencia de tecnología. Pero lo que más me interesa es acudir a las comunidades y que las personas aprendan el manejo y la construcción de estas estufas”.
Guadalajara, Jal., 25 de junio del 2009
Texto: Lorena Ortiz
Fotografía: CUCBA
Edición de noticias: LCC Lupita Cárdenas Cuevas