


El filósofo jesuita y profesor de la Universidad de Guadalajara y del ITESO, Jorge Manzano Vargas (1930-2013), falleció ayer luego de una recaída que lo tuvo postrado en silla de ruedas, y que a pesar de todo así asistía a clases. Deja sobre todo como legado la formación y el cariño de cientos de estudiantes que pasaron por sus clases, y que hasta el último momento lo esperaron a que siguiera con sus enseñanzas.
En preparatoria, a los 17 años, su profesor de filosofía dijo al comenzar una clase: “Ahora vamos a ver al infame de Descartes”. En una autobiografía titulada La ballena de Jonás. Testimonio de vida (2007) explica que “yo no sabía ni qué era la filosofía, ni se me había ocurrido entonces ser sacerdote, pero me llamó la atención que un buen maestro usara expresiones tan irrespetuosas”. Y así adoptó desde entonces una decisión que lo marcaría a lo largo de su vida: saber escuchar, comprender y estimar a otros.
Fue hijo único, lo que lo hizo buscar pronto a los amigos. Su apertura abierta, fraternal e intelectual comenzó desde la primaria al estudiar en tres escuelas diferentes: una, privada, familiar; otra, católica clandestina; la tercera, católica en busca de reconocimiento. Luego la secundaria (tres años) en dos escuelas diferentes: una privada del todo laica, areligiosa; otra, católica de fama, lasallista. La preparatoria (dos años) en dos escuelas diferentes, una de los jesuitas; otra, del Estado.
“Así que no tengo lo que se llama una generación propia, con la que yo me sienta identificado. Mis compañeros fueron muy diferentes, de los más pobres a los más ricos, de diversas creencias, costumbres y aficiones. En la UNAM (ingeniería química) me encontré compañeros de procedencia e historia muy diversa. Me fue fácil aceptar a todos con cariño, y así fui aceptado; incluso fui propuesto como secretario general de todos los estudiantes de la universidad”.
Logró el sacerdocio en 13 en lugar de 17 años, porque aprovechaba tiempos de descanso y vacaciones para estudiar por su cuenta. En la Universidad Gregoriana de Roma, donde estudió un doctorado en filosofía. “Mis mejores amigos, un jesuita escocés y otro canadiense, mejor nos comunicábamos en latín.
A los 38 años (1968) se hizo hippie con larga cabellera incluída. “Creo que a mis superiores no les gustaba, pero no me dijeron nada, tal vez por mi status. Caí bien a los estudiantes, pero sobre todo a los hippies”. Fue con ese desenfado que Jorge Manzano lograba atiborrar sus clases y seminarios, con “botana y copa”, para asimilar mejor a sus favoritos: Platón, Hegel, Nietzche, Kierkegaard, éste último al que estudió en su propia lengua y país (Finlandia).
También Jorge Manzano incursionó en el New Age y con todos sus adversarios. Dice en su autobiografía: “En 1995 organicé un ciclo de conferencias sobre la re-encarnación. Como invité a dos lamas tibetanos, se me acusó ante las autoridades eclesiásticas de que estaba yo rechazando el catolicismo y propagando el budismo, acusación típica discriminatoria y sin matices”. Fue así que les hizo ver las felicitaciones de Juan Pablo II a los budistas, en el aniversario de Buda, y la invitación que les hiciera a los musulmanes.
Otra faceta poco conocida de Jorge Manzano fue su interés por el chamanismo y las culturas autóctonas. Son memorables la participación de danzantes aztecas a sus seminarios y a eventos organizados por él, como el Día de muertos. También poco se habla de su interés por el exorcismo y el alivio que a muchos les proporcionó sobre el tema de las posesiones y las “lecturas espirituales” que al verlos les hacía.
Todavía en vida vio circular el número 86 de la revista trimestral de filosofía Xipe Totek, dedicada a la ética en el periodismo. También se encuentran Al rasgarse el arcoíris; Relatos de viaje, tras las huellas de filósofos. Miniléxico. Términos escolásticos de referencia, entre otros. En su último seminario sobre Hegel, dijo: “Ya no me alcanzará el tiempo a hacerlo, pero como me gustaría basarme en el Espíritu Absoluto de Hegel para plasmar el pensamiento de los pueblos mesoamericanos”.
Guadalajara, Jal., 22 de septiembre de 2013
Texto: Juan Carrillo Armenta
Fotografía: Internet
Edición de noticias en la web: Lupita Cárdenas Cuevas