El pueblo mexicano, propenso a los mitos

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Anestésicos suaves para una cruda realidad

Los mexicanos son propensos a los mitos. Los teje en torno a determinados personajes, alrededor de la política, de la historia, de la economía, son como un anestésico de baja potencia que permiten soportar la cruda realidad, afirmó Gabriel Gómez López, investigador del Departamento de Estudios Literarios.

Mitos como la pureza de nuestras instituciones, la honradez de ciertos personajes son vendidos como verdades, el pueblo las acepta, aunque algunos saben que es una mentira.

En el campo de la salud, el pueblo mexicano tiene una cultura homeopática, cree que lo similar cura lo similar. Muchos creen que si se enferman de hepatitis se curarán tomando una pastilla amarilla.

Ejemplos de mitos mexicanos los hay muchos: el de que hay una estructura eficiente de salud pública, cuando realmente somos un país en vías de desarrollo, o de que hay elecciones limpias en el país. Los medios de comunicación por su parte exaltan personajes y crean mitos, de hecho basan su poder en muchos de ellos.

Existe el mito del héroe, también hay mitos en la política, en la economía, en la medicina, en la historia, es una estructura plástica que se adapta a las necesidades de cada cultura. En el cine por mucho tiempo estuvo vigente el mito de Pedro Infante: “No murió”, decía la gente, “quedó tan maltrecho por el accidente que prefirió esconderse”.

La destrucción de los mitos llega a ser muy dolorosa para el ser humano. Hay ocasiones que no tiene caso romperlos porque son la salsa de la vida.

El mito es una herramienta que tienen los seres humanos para contestar qué somos, de dónde venimos y a dónde vamos. Comenzó como una estructura oral, es la idea de disfrazar algo que ocurrió apelando al inconsciente colectivo para decirle que ahí quedó algo, una resonancia, y que continúa vigente.

Forman parte de la esencia del ser humano. “No lo concibo sin ellos. Son pistas de aterrizaje para él. Sirven para no divagar, son anclas, caminos que uno debe de seguir. Ojalá y no desaparezcan porque nos deshumanizaríamos”.

 En el ámbito internacional se han tejido mitos en torno al actual personaje de Estados Unidos, es más, es un mito viviente. “Ojalá me equivoque, pero en él se han depositado muchas expectativas, hasta le dieron el premio Nobel por algo que va a hacer”.

Guadalajara, Jal., 19 de enero de 2010
Texto: Martha Eva Loera
Fotografía: Internet
Edición de noticias: Lupita Cárdenas Cuevas

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