El poder del sonido relata un cuento paralelo en el cine: Martín Hernández

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Impartió la clase magistral “Creando sonido para filmes y plataformas: de ‘The revenant’ a ‘Oscuro deseo’”

En la vida todos contamos un cuento. El cine, por supuesto, no es la excepción. Sin embargo, el sonido como elemento inherente a la obra cinematográfica relata una especie de historia paralela, explicó el diseñador de sonido Martín Hernández, quien impartió la clase magistral “Creando sonido para filmes y plataformas”, en la edición 35.2 del Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG).
 
“Lo que hacemos es contar un cuento. Y lo hacemos en todo. Nos contamos un cuento en la mañana de quiénes somos, le contamos un cuento a quien amamos y nos cree y nos casamos. La reafirmación profesional del cuento es lo que hacemos. En el cine hay un guion, un cuento que descubren los actores, quienes a su vez recrean otro cuento que no es necesariamente el que está plasmado en las palabras. Lo mismo, el fotógrafo que encuentra ese dejo de luz. Un cuento sobre los cuentos”, reflexionó.
 
Hernández es supervisor/diseñador de sonido, y fue nominado al Premio Oscar por Mejor Sonido en 2014 por Birdman, y en 2015 por The revenant, ambos filmes de Alejandro González Iñárrtitu. Ganador del BAFTA por The revenant y nominado por El laberinto del Fauno (de Guillermo del Toro), Babel y Birdman.
 
Actualmente Hernández dirige la División de Audio Post en Cinematic Media, desarrollando series para las plataformas de Netflix y Amazon.
 
Recordó que comenzó a trabajar con González Iñarritu haciendo radio, donde descubrieron que podían contar historias con tres elementos: música, efectos y diálogo.
 
Hernández realizó un ejercicio que dejó más que claro el poder del sonido: las luces de la Sala 2 del Conjunto Santander de Artes Escénicas, donde tuvo lugar la charla, se apagaron para que los asistentes escucharan una historia, solamente de audio, que logró transportar de un avión que sobrevuela Guadalajara al Metro que repta por las entrañas de la Ciudad de México, y hasta las arengas latinas en Los Ángeles y Chicago.
 
“En esto que escuchamos hay un texto, un poco de música y algunos fragmentos de sonido; tengo muchos sonidos que recopilo, y se me ocurrió utilizar algunos. La voz está grabada con el iPhone y uso unos audifonos que son micrófonos ambientales binaurales, y la gente no sabe que estamos grabando, pues el teléfono tiene un software. Son cosas que he ido grabando, rescatando por el vicio del oficio”, relató.
 
Hernández mostró también una reconstrucción a través de los stems originales de Amores perros, filme con el que inició una conversación que ha curado casi por 20 años con González Iñárritu que todos conocen en el cine. Recordó que tuvieron como obstáculo una tecnología agreste en manos de unos jóvenes inexpertos.
 
“Estábamos tan exhaustos después de la escena del choque, que hoy, 20 años después, descubro que hay un balazo”, bromeó al ir mostrando las secuencias al público.
 
Y añadió: “Cuando terminamos, creía que había fracasado en mi intento y pensaba que había echado a perder para siempre la carrera de mi amigo. Cuando se terminó el presupuesto decidimos ver en una sala la película unida. Imagínense, unos novatos, hace 20 años, con una película con sangre y perros. Después de tres semanas los productores se dieron cuenta de hacia dónde iba el filme, y no iba en contra de la narrativa, sino a abrazar la dicotomía, los choques de sonido”.
 
Hernández comparó las secuencias tal como se proyectaron en su momento cuando Amores perros fue estrenada y la reconstrucción sonora que realizó dos décadas después y que se incluye en la nueva versión en formato Blu ray.
 
“Siempre es así, como acaban de ver, hay un cuento con música, efectos y diálogos. Y nosotros, en el sonido, estamos contando un cuento paralelo”, enfatizó.
 
Recordó que cuando eran jóvenes, todos estaban maravillados con la construcción sonora del disco The dark side of the Moon, de la banda de rock progresivo Pink Floyd. “Y al respecto, David Gilmour (guitarrista de Pink Floyd) decía: ‘Son sólo herramientas’. Hay que hacer algo con la herramienta, si no hay una idea, concepto o ejecución previa, la herramienta no servirá de nada por sofisticada que sea. Lo importante es cómo la usas. Hay personas más ágiles con el uso de la herramienta que yo, pero no me sorprende porque la herramienta es solo eso, hay muchas cosas más interesantes que podemos hacer con ella”, dijo Martín Hernández.
 
Explicó que elaborar una obra cinematográfica de ficción no se trata de un documental y, por ello, no debe haber un reflejo necesario de la realidad, sino que la construcción debe ser coherente con el género, y por tal razón se enfatizan detalles. Por ejemplo, en el caso del thriller, no solamente la música, sino el click de la cerradura o los pasos.
 
Además, aclaró, es diferente editar sonido en cine que en plataformas como Netflix o Amazon, para que funcione tanto en pantallas como en tabletas.
 
“Es la diferencia de hacer un sonido para un filme y para una plataforma. En el cine tenemos bocinas calibradas y eso es distinto a lo que vemos en las plataformas, en casa, con factores que nos distraen”, reflexionó.
 
 
Atentamente
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Guadalajara, Jalisco, 25 de noviembre de 2020

 
Texto: Julio Ríos
Fotografía: Fernanda Velazquez

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