Desde 1976 hasta la fecha, el salario mínimo en México se ha deteriorado, lo que significa que actualmente los mexicanos solo pueden adquirir la cuarta parte de lo que se podía comprar hace alrededor de 38 años, afirmó la maestra Rosa Albina Garavito Elías, profesora investigadora del Departamento de Economía de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Unidad Azcapotzalco, en la conferencia que impartió dentro de la Cátedra Sindicalismo y Justicia Social que tuvo lugar en el aula amplia número 3, del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA).
Datos numéricos del minisalario mexicano
- La pérdida del poder adquisitivo en los últimos 38 años equivale para los mexicanos a 28 años sin percibir un pago.
- Para que el poder adquisitivo del salario mínimo se encuentre al nivel del que tenía en 1976, tendría que ser de 7 mil 500 pesos mensuales
- para que sea constitucional, tendría que estar ubicado en aproximadamente 10 mil pesos mensuales.
- Actualmente, el salario mínimo es de 70 pesos con 10 centavos diarios para la zona A y, de 66 pesos con 45 centavos para la zona B.
Comparativo con otros países
- China tiene un salario doble en comparación al mexicano.
- En Brasil, es un 142% más alto
- El chileno es 269% más alto.
Efectos que podría tener un incremento salarial
- No necesariamente tendría que generar inflación.
- Un mayor ingreso para la gente, incrementa la demanda y por lo tanto la inversión, lo que impactaría de manera positiva en la productividad.
Para poder adquirir una canasta básica a nivel urbano, se necesitarían 2 mil 616 con 67 pesos mensuales, de acuerdo a datos de noviembre de 2014, lo que significa un monto de 26 por ciento superior al salario mínimo mensual. México es el único país latinoamericano en donde el costo de la canasta básica es superior al salario, agregó el doctor Luis Ignacio Román Morales, investigador del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO).
A T E N T A M E N T E
“Piensa y Trabaja”
Guadalajara, 9 de marzo de 2015
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Texto y edición web: Martha Eva Loera
Fotografía: Abraham Aréchiga