El amor, más allá de latidos y mariposas en el estómago

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En este sentimiento participan sustancias y sistemas de estructuras cerebrales

El amor es más complejo que un incremento en el número de latidos cardiacos o la sensación de mariposas en el estómago, pues involucra la participación de complejos sistemas cerebrales en diversos aspectos, desde la parte instintiva de la atracción inicial hasta elementos como la filiación, el apego, la sensación de bienestar y placer.
Lo anterior fue comentado por la investigadora del Instituto de Neurociencias de la UdeG, Julieta Ramos Loyo, quien agregó que el amor se define como un sentimiento, ya que es más prolongado que una emoción y puede implicar la combinación de diversas emociones.
 La doctora en Psicología Experimental del CUCBA, comentó que todas las emociones cumplen una función en los animales y en el ser humano. Para este último, el establecimiento de lazos de amistad y amor fue determinante, para sobrevivir como especie, además de la atracción sexual.
 Al detallar lo que ocurre en el enamoramiento, dijo: hay una serie de estructuras cerebrales conocidas como sistema límbico, relacionadas al procesamiento de las emociones. Su funcionamiento requiere de la activación de las neuronas, en base a sustancias neuroquímicas asociadas en este caso, al amor.
Por ejemplo, en la atracción inicial intervienen las feromonas, secretadas por alguien y captadas por el cerebro del sexo opuesto. Por otra parte, la feniletilamina, que también se encuentra en el chocolate, está involucrada en el enamoramiento.
La dopamina y la norepinefrina causan la sensación de placer y cambios periféricos como taquicardia, sudoración y mayor oxigenación sanguínea ante la persona amada. Otras sustancias como la serotonina, participan en la sensación de bienestar y la alegría.
En el proceso de la relación amorosa participan también las hormonas sexuales como la testosterona y los estrógenos, además de la oxitocina y la vasopresina. Las  últimas están involucradas en el mantenimiento de una relación y en particular en el establecimiento del lazo materno-infantil.
Ramos Loyo añadió que dada la gran complejidad del ser humano, la importancia de las áreas corticales superiores, en especial la corteza prefrontal, juegan un papel importante en el amor.
Existen elementos como las experiencias compartidas, los juicios estéticos, los principios sociales, las expectativas, los gustos particulares o la empatía, que son tan importantes o más que la atracción física o la sensación de bienestar que produce la compañía de la pareja. Incluso, el ser humano puede manifestar sentimientos de amor a través de la compasión, el altruismo y la participación desinteresada.
Guadalajara, Jal., 11 de febrero del 2011.
Texto: Eduardo Carrillo
Fotografía: Internet
Edición de noticias: Lupita Cárdenas Cuevas