


La exclusión y la desigualdad son dos de los grandes problemas de la sociedad mexicana, afirmó la académica adscrita al Departamento de Estudios en Educación, del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), doctora Diana Sagastegui Rodríguez.
Explicó que estar socialmente incluido implica acceder a mínimos de bienestar y protección conforme al nivel de desarrollo de la sociedad.
La inclusión social puede entenderse como el desarrollo de capacidades para el ejercicio de libertades. Es decir, no importa que estén incluidos los derechos en una Constitución si las personas no pueden ejercerlos, afirmó.
Durante su participación en el Encuentro Internacional de Género, dentro de la mesa “Género, inclusión y educación”, en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), Sagastegui Rodríguez señaló que la educación tiene un papel importante que desempeñar en torno a la equidad y la inclusión social en sociedades en las que el racismo, el sexismo y la marginación sistemática de minorías, son prácticas cimentadas en muchas estructuras sociales.
La educación no puede claudicar en su empeño por lograr un mundo común. Esto sería la barbarie, afirmó.
El ordenamiento de las sociedades guiadas por las fuerzas del mercado, del lucro y la competencia es caldo de cultivo de la inequidad, denunció.
La desigualdad es evidente en el mundo. Muestra de ello son los reducidos grupos que manejan la riqueza. En el capitalismo del siglo XXI, posterior a 2008, sólo 737 grupos controlan 80 por ciento del mundo corporativo, y 147 de ellos lo hacen con el 40 por ciento. Tres cuartas partes de estos últimos son bancos.
Un grupo de 16 especuladores que operan a escala planetaria controlan, en lo esencial, el mercado de intermediación de mercancías.
El efecto de los mercados financieros y su desarrollo centrado en la especulación se encuentra en la concentración de población en las ciudades y las altas migraciones, señaló.
El investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), doctor Jesús Rodríguez Zepeda, dijo que la igualdad de género es un criterio constitutivo de los sistemas democráticos modernos.
Destacó que la democracia está relacionada con un método político para tomar decisiones colectivas, y está vinculada con la idea de mayoría de los que tienen derechos políticos.
La democracia, en el modelo ideal de vida cívica, sólo se pudo construir a costa de poderosas exclusiones o prohibiciones de ejercicio de derechos para algunos grupos y personas. En la Grecia antigua, por ejemplo, los esclavos quedaban fuera de este modelo.
A t e n t a m e n t e
“Piensa y Trabaja”
Guadalajara, Jalisco, 26 de noviembre de 2018
Texto: Martha Eva Loera
Fotografía: Abraham Aréchiga