La escasez de agua no es problema a combatir en la Zona Metropolitana de Guadalajara, sino la alteración de los ciclos del agua, debido, entre otras causas, a la deforestación y la construcción de edificios en terrenos donde hay depósitos subterráneos del vital líquido, además de la urbanización de terrenos donde se recarga el agua de lluvia, afirmó el doctor Arturo Gleason Espíndola, investigador del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD).
Durante la conferencia “El deterioro del ciclo del agua en la Zona Metropolitana de Guadalajara”, que impartió en el auditorio del Centro de Recursos Informativos del CUCEA, el académico señaló la necesidad de redes de monitoreo que midan el agua subterránea, en el ambiente y los escurrimientos; si no se tienen, no se puede planear, pero así se está planeando en la ZMG, y como consecuencia se afectan el medio ambiente y las finanzas públicas, además de que podrían resultar dañadas las próximas generaciones.
Si la gente extrae agua de los acuíferos sin la posibilidad de que éstos se recuperen, se van a secar, lo que afectaría a la temperatura e incidiría en las cuencas. “Podría no haber lago de Chapala que pueda satisfacer nuestra sed. A eso hay que agregar el crecimiento en el número de habitantes. Llegaría a ser caótico lo que se aproxima”.
Explicó que hace falta voluntad política para que haya monitoreo del agua, además falta de conocimiento, concientización de la autoridad y sobre todo compromiso social.
Las fuentes de abastecimiento de agua para la ciudad son Chapala, la presa Calderón y los acuíferos de Atemajac y Toluquilla. Se estima que de todas ellas se extrae nueve metros cúbicos por segundo, según datos de 2000, cuando son necesarios doce metros cúbicos. Se pretende, mediante el proyecto de la presa El Zapotillo, dotar de agua a León, Los Altos y Guadalajara, y por lo tanto cubrir el déficit que hay registrado para la ZMG, lo que no resuelve el problema de fondo.
La autoridad se queja de que ha habido mala planeación, pero autoriza urbanizaciones que cubren la superficie terrestre y no permiten la infiltración y la recarga acuífera, y añadió que se construyen edificios altos u horizontales, y sin ningún tipo de previsión técnica los terrenos son excavados y cimentados. Una vez terminado el edificio, muchas veces entra agua al estacionamiento donde se ensucia con el aceite de los automóviles, y esa agua que servía para consumo humano queda inservible.
Muchas veces las urbanizaciones son realizadas donde se recarga el agua de lluvia, ésta deja de penetrar el subsuelo y se mezcla con aguas negras, ocasionando desequilibrio.
A T E N T A M E N T E
“Piensa y Trabaja”
Guadalajara, Jal., 17 de marzo 2016
Texto: Martha Eva Loera
Fotografía: Gustavo Alfonzo
Edificaciones afectan depósitos de agua subterránea en ZMG
Hace falta monitorear de manera constante el agua
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