


El domo que crece sobre el volcán de Colima desde el 2008, es el de mayor formación en los últimos 10 años, pues ya superó los 100 metros de altura, destacó el investigador del Departamento de Geografía y Ordenación Territorial de la UdeG, Carlos Suárez Placencia.
Explicó que el coloso de fuego presenta dos tipos de actividad: la efusiva (emisión de lava) y la explosiva. A partir de 1999 se manifiestan ambas de forma alternada. La primera se caracteriza por la formación de domos y una vez que alcanzan el cráter, se derraman; mientras que en la segunda, explotan, como ocurrió en 2005.
"A partir del 2005, se conformaban domos, explotaban y se destruían. En el 2008, comenzó a crecer este domo, lleva tres años y no se ha destruido todavía", recordó Suarez Plascencia. No obstante, el fenómeno se puede catalogar como normal pues no hay explosiones, en el último año ha habido sólo pequeñas exhalaciones.
El académico apuntó que las rupturas del domo son normales, ya que al estar encima del cráter en forma vertical y con la gravedad, "fácilmente se desgaja". Los bloques y rocas que ruedan por la ladera provocan polvaredas, lo cual no es un riesgo a menos que alguien se acerque a la zona del playón del volcán.
Suárez Placencia apuntó que en el coloso de fuego hay una erupción de lava muy lenta. Para que cambie a un modelo explosivo, como sucedió en 2005, se requiere una nueva inyección de magma en el interior, "hasta el momento, parece que no ha pasado eso", dijo.
Además, el volcán registra una actividad sísmica muy baja, por lo tanto hasta el momento no representa ningún peligro. Sin embargo, resaltó la necesidad de continuar la fase amarilla y el monitoreo.
Puesto que en el 2013 el Volcán de Colima cumplirá 100 años de su última explosión, y el ciclo de repeticiones de esta actividad se da entre 100 y 120 años, el coloso se encuentra "sumamente vigilado para ver cualquier cambio en su comportamiento y tomar una decisión", agregó Suárez Plascencia.
Investigadores del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades realizan diversas acciones junto con la Unidad de Protección Civil del Estado, monitoreando variables sísmicas, "para eso tenemos instrumentos tanto dentro como fuera del coloso", explicó.
Además, cada cinco minutos se mide la deformación en el edificio volcánico y efectúan continuos recorridos a la zona. Informó que desde septiembre del 2010 actualizan el mapa de riesgo del volcán, diseñado en 1999. Esperan concluirlo en marzo del 2011.
Guadalajara, Jal., 19 de enero del 2011.
Texto: Eduardo Carrillo
Fotografía: Internet
Edición de noticias: Lupita Cárdenas Cuevas