El doctor Jesús Mario Rivas Souza, Maestro Emérito y Doctor Honoris causa por la Universidad de Guadalajara (UdeG) fue despedido este viernes con un emotivo homenaje póstumo, en el que estuvieron presentes autoridades universitarias y estatales, así como su familia y amigos.
Las cenizas de quien fuera parte del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF), reposaron en la parte principal del Paraninfo Enrique Díaz de León, bajo la mirada de los murales del pintor jalisciense José Clemente Orozco; acompañado de la bandera de la UdeG, que fue impuesta por el Rector General, doctor Miguel Ángel Navarro Navarro.
El mismo Rector General y el Gobernador de Jalisco, maestro Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, encabezaron la primera guardia de honor junto a un retrato de Rivas Souza y múltiples arreglos florales.
Navarro Navarro recordó que el destacado médico forense, quien murió el pasado miércoles 28 noviembre, a los 92 años de edad, fue un universitario destacado, maestro de múltiples generaciones y uno de los profesionales de la medicina forense más reconocido en México y en el extranjero.
Dijo que Jalisco despide a un “universitario ejemplar, quien le dedicó más de 60 años a la práctica, enseñanza e investigación de la medicina forense; labor por la que fue galardonado cerca de un centenar de ocasiones por distintas instituciones”.
Destacó que Rivas Souza fue un médico incansable, que lo mismo practicó 130 mil autopsias, se desempeñó en la Cruz Roja Guadalajara, la Procuraduría de Justicia de Jalisco, el Instituto Jalisciense de Asistencia Social y el Servicio Médico Forense del IJCF, en la docencia y en hospitales públicos y privados.
En 1994 esta Casa de Estudio lo distinguió como Maestro Emérito y, posteriormente, en 2011, le otorgó el grado honorífico de Doctor Honoris causa por su labor profesional y por su contribución en el campo de la medicina legal.
“Los universitarios admiramos también su capacidad intelectual, su pericia, su ávido interés por continuar aprendiendo y su generosidad para compartir sus conocimientos y experiencias a las nuevas generaciones. Pero, sobre todo, en esta crisis humanitaria en la que estamos, quiero destacar su extraordinaria calidad humana, que lo hace portador y ejemplo de los valores más preciados de la Universidad”, recalcó el Rector General.
En la ceremonia estuvieron presentes su viuda, doña Virginia Barba Santana, así como sus hijos Virginia, Guillermo, Manuel, Antonio y Mario.
El Gobernador de Jalisco dijo que si alguien hubo que aprendiera a vivir con la muerte fue Mario Rivas Souza, a quien describió como “un gran maestro, un hombre honesto y lleno de sabiduría”, y quien fue “de una sola pieza, congruente, amable, afable y sensible”.
“No hay labor más noble que la de quien, de manera desinteresada, comparte el conocimiento y lo pone al servicio de la justicia”, dijo el mandatario estatal, quien agregó que “la medicina forense no ha conocido mano más firme” que la de Rivas Souza, tanto para practicar las autopsias como para señalar las injusticias.
El Rector del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), doctor Jaime Federico Andrade Villanueva, aseguró que esta institución pierde a un destacado maestro, Jalisco a un ilustre médico y a un ciudadano modelo, y el país a un científico ejemplar y un pionero de su disciplina, la medicina forense, por la que fue reconocido más allá de las fronteras.
Fue un hombre “decente y honesto” que se caracterizaba por ser “ingenioso y dicharachero”, lo que le ayudó a transmitir sus conocimientos y su compromiso con la práctica médica, incluso en momentos difíciles como el asesinato del Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, a quien afirmó haber desvestido para practicar su autopsia.
El Director General del OPD Hospital Civil de Guadalajara, doctor Héctor Raúl Pérez Gómez, dijo que Rivas Souza fue uno de los hombres que ha tenido mayor influencia en Jalisco en diversos ámbitos profesionales y en el aspecto humano.
“Se convirtió en actor principal y pieza fundamental que ha marcado el curso de la medicina legal y un jalisciense ilustre, universitario de la más alta identidad, profesional de muy alta calidad, humanista en toda la extensión de la palabra y un ser humano íntegro, solidario y de altos valores”, destacó.
Recordó que su trabajo le valió diversos galardones como el Premio Jalisco de Medicina, el Premio Sarquis y el Premio Medalla Clavijero, otorgado por el Iteso; además de múltiples reconocimientos de instituciones locales.
Al término de la ceremonia, Navarro Navarro le obsequió a la familia de Rivas Souza la bandera que cubrió la urna con las cenizas del médico forense.
Desde su juventud, Rivas Souza mostró interés por la medicina forense, de la que fue pionero en México, habiendo hecho escuela con su ejemplar actitud de respeto y generosidad hacia los jóvenes interesados en la medicina legal.
Sus aportaciones en el campo de la investigación científica significaron un avance cualitativo en la medicina forense, labor por la que fue reconocido en Latinoamérica, Estados Unidos de América y Europa.
Su actividad como profesional fue invaluable en el campo de la investigación criminalística, por tener un impacto directo en una mejor procuración y administración de la justicia.
A t e n t a m e n t e
“Piensa y Trabaja”
Guadalajara, Jalisco, 30 de noviembre de 2018
Texto: Mariana González
Fotografía: Abraham Aréchiga
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