Describen evolución del cine en Quebec, Canadá

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Imparte William Straw charla sobre “La historia del cine de Quebec”

El director del McGill Institute para el Estudio de Canadá y profesor del Departamento de Historia del Arte y Estudios de la Comunicación del mismo instituto, William Straw, ofreció este miércoles 26 de marzo la charla sobre “La historia del cine de Quebec”, como parte de la Cátedra Latinoamericana Julio Cortázar y dentro del marco del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG29), en el que Quebec es el invitado de honor, y que reunió a distintos estudiantes en torno al tema.
 
El ponente ofreció un panorama completo del nacimiento del cine quebequense, desde la primera sala construida para tal fin en ese lugar y en todo Norteamérica –la L’Quimetoscope–, edificada en 1906 y hasta la actualidad, en que un estudio señaló que de los doce filmes más vistos en Quebec en 2005, seis, los más taquilleros, habían sido realizados por directores canadienses.
 
Straw explicó que las primeras producciones cinematográficas fueron pequeños cortometrajes y documentales. “De 1919 a 1950 hubo una notable ausencia de producción de cine por varias razones importantes: por la hostilidad de la iglesia católica y sus restricciones culturales, que impedía hacerlas; por la invasión del cine norteamericano, que saturaba de filmes de Hollywood las pantallas canadienses y por el desdén y la falta de apoyo por parte del estado; que ahora sí hay”.
 
El primer largometraje hecho en Quebec fue El padre Chopin, en 1944, con un mensaje católico muy presente, así como la película Aurora, la pequeña mártir, que data de 1952. “Así eran las películas, con mensaje católicos morales para la población; propagación de las costumbres tradicionales y con muchas emociones; eran filmes muy melodramáticos”, dijo mientras en la pantalla de la Casa Cortázar se proyectaban pequeños extractos de las películas, que eran traducidos por su titular, doctora Dulce María Zúñiga.
 
En una provincia tres veces más grande que Francia, con más de siete millones de habitantes y en la que 78% de su población es francófona, el cambio importante del cine canadiense ocurrió a finales de los años 60 y principios de los 70, cuando el estado puso en marcha una industria de largometrajes con mucho éxito local e internacional, como la película Mi tío Antonio (Claude Jutra, 1971), considerada como la mejor película en la historia de Canadá y la extensa filmografía del connotado director André Forcier, que inició su trabajo en la citada década de los años 70.
 
A T E N T A M E N T E
“Piensa y Trabaja”
“Año del Centenario de la Escuela Preparatoria de Jalisco”
Guadalajara, Jal., 26 de marzo 2014
 
Texto: Juan Carrillo Armenta
Fotografía: Abraham Aréchiga