Ante eventos como deslaves, sismos e inundaciones, urge la creación de fincas donde se pueda resguardar la comunidad afectada; por tal razón, investigadores del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD), junto a académicos de las universidades que conforman el Laboratorio Nacional de Vivienda y Comunidades Sustentables (LNVCS), han trabajado en la creación de una unidad portátil de producción de vivienda social.
Se trata de una fábrica móvil con la que se podrá construir vivienda social, a partir de una línea de producción de bloques de tierra comprimida para generar prefabricados; una vez que se tiene el material, serán los habitantes del lugar quienes levanten las fincas.
El coordinador de este proyecto y profesor investigador del CUAAD, doctor Fernando Córdova Canela, explicó que esta unidad está compuesta de un contenedor de 20 pies de largo, en la que se monta una línea de producción.
“Está pensado para transportarse vía aérea o en una plataforma (de tráiler). Es una unidad de producción de vivienda social que se instala donde hay un desastre y ahí se despliega. Son como cualquier otra vivienda, con un mínimo de vida útil de 30 y 50 años, varían entre 44 y 52 metros cuadrados, como marca la regla de operación de la norma de viviendas sustentables en zonas urbanas”, dijo.
Compartió que los lugareños que contribuyan en el levantamiento de las casas se convertirán en mano de obra calificada y conocedores de las tecnologías de vivienda sustentable.
“Llegamos al sitio, capacitamos a la gente en el uso de la planta móvil, los certificamos en el uso de la tecnología y básicamente lo que hace la comunidad es hacer uso de esa planta de producción de vivienda portátil”, destacó.
El también director del LNVCS explicó que la construcción de las casas en zonas rurales y periurbanas beneficia la economía del lugar, pues se activa el suministro de materiales regionales como pétreos, áridos (grava y arena) y ladrillos, que son indispensables para las obras y son de fácil obtención.
Además, estas fincas están alineadas a las características del programa EcoCasa, que establece las Acciones Nacionales Apropiadas de Mitigación (NAMA) y que a escala global incentivan la creación de políticas nacionales de vivienda, acatadas por la Comisión Nacional de Vivienda y la Sociedad Hipotecaria Federal.
Estas viviendas poseerán focos ahorradores, calentadores solares, dispositivos de ahorro de agua y de energía eléctrica.
Córdova Canela explicó que cada casa tendrá un costo de construcción de entre 140 y 150 mil pesos, para ello se buscará licenciar el uso de las unidades a las comisiones de vivienda estatales, para que sean estas instancias quienes las desarrollen.
La investigación y ejecución del proyecto se logró con el apoyo de económico del Conacyt y las distintas casas de estudio que componen el laboratorio.
En octubre de este año, el prototipo de la unidad móvil se presentará en la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach), donde se incorporará la línea de producción de creación de bloques de tierra.
Dijo que la Universidad de Guadalajara (UdeG) aportó en el desarrollo del producto y establecimiento de procesos, gracias a que esta institución se distingue por su fortaleza en el área de diseño industrial, así como en el diseño del modelo de vivienda digna sustentable resiliente en el municipio de Mascota, Jalisco, con la que se propuso cómo sería la finca.
El LNVCS es una instancia interinstitucional, conformada por investigadores de la UdeG, Unach, Universidad de Ciudad Juárez (UACJ) y Universidad de Sonora (Unison), que genera investigaciones en torno a temas de sustentabilidad de vivienda, desarrollo urbano y arquitectura.
A T E N T A M E N T E
"Piensa y Trabaja"
Guadalajara, Jal., 30 de abril de 2017
Texto: Iván Serrano Jauregui
Fotografía: Cortesía
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