Los feminismos son incompatibles con la exclusión, la pobreza y la desigualdad, pero va más allá de la redistribución de la riqueza; por ende, es urgente que el Presidente Andrés Manuel López Obrador se ponga los “lentes de género” para entender las demandas de las mujeres y que toda política pública debe de tener este enfoque.
Esto lo señalaron las participantes en el programa televisivo “Re Construcción”, que se transmitió por el Canal 44 de la Universidad de Guadalajara con el tema “Movimiento feminista y su papel en la construcción de ciudadanía”, conducido y moderado por la periodista Ivabelle Arroyo, y organizado por el Centro de Estudios Estratégicos para el Desarrollo de la UdeG.
María de los Ángeles González Ramírez, académica del Departamento de Estudios de Género del CUCSH, recordó que los feminismos son movimientos sociales, dinámicos y multifacéticos que buscan que se tome conciencia de la explotación por parte del modelo social y político.
“Cuestionan valores, creencias y normas arraigadas que asignan a las mujeres roles de subordinación. En México, desde fines del siglo XIX, en el Porfiriato, se reconoce el feminismo con la lucha del derecho a la educación y el ingreso a las universidades. Matilde Montoya fue la primera médica, y a partir de ahí se fue construyendo el feminismo de la academia”, dijo González Ramírez.
La académica hizo un recorrido histórico en el que recordó que desde el siglo XVIII se fueron discutiendo los feminismos desde la perspectiva marxista, y a mediados del siglo pasado los movimientos feministas comenzaron a inspirarse en diversas autoras, con obras como El segundo sexo, de Simone de Beauvoir y La dialéctica del sexo, de Shulamith Firestone.
En últimas fechas han aparecido los transfeminismos, que buscan alianzas entre los grupos desplazados por el orden hegemónico partriarcal y los esquemas neoliberales que precarizan a las mujeres, así como la lucha de las mujeres zapatistas e indígenas que hoy se conoce como Mujeres en Resistencia.
González Ramírez invitó a López Obrador a ponerse los lentes de la perspectiva de género. “Cuando el presidente nos dice que no logra entender de qué van los movimientos de las mujeres y el reclamo, es que su mirada está situada en su espacio, contexto, y se tiene que poner esos lentes para mirar lo que le estamos diciendo”, denunció.
Lizbeth Gutiérrez Saucedo, socióloga y politóloga, dijo que existen diversos feminismos y que, incluso, aunque a ella se le ubica como una feminista de izquierda, no se puede romper con los feminismos liberales, que están más cercanos a la ideología política de centro.
“Hay tantos feminismos como mujeres feministas en el mundo. Es importante que haya ese diálogo entre los feminismos porque apegarse a una sola historia tendríamos prácticas como el feministómetro, lo cual rompe la posibilidad de un movimiento unificado. Es importante el diálogo, no porque sea feminista de izquierda rompería el diálogo con el feminismo liberal, que nos ha aportado el acceso a la educación y poder votar”, subrayó.
Consideró que los feminismos están íntimamente ligados con la democracia, pues las demandas de las luchadoras son similares: educación, voto, propiedad, no maltrato, maternidad, entre otras.
“Con el principio de universalidad del sufragismo feminista las mujeres comenzaron a andar en el ejercicio de la ciudadanía. Pero votar, ser votadas y tener posibilidad de estudiar nunca ha sido suficiente para acabar con la desigualdad y perpetuar las victorias que han conseguido. Se han dado reveses cuando fascismos, totalitarismos y conservadurismos han tomado control de los países; por ejemplo, recientemente en Brasil o Estados Unidos, donde se eligió a presidentes que defendían los privilegios del hombre blanco y heterosexual. En países como Chile o Argentina esos retrocesos permanecieron años después de la restauración democrática, como la criminalización del aborto”, resaltó.
“Los derechos y libertades no se ganan para siempre –agregó–, sino que deben trabajarse y defenderse para ampliarlos. Cada avance trae nuevos retos y cuestionamientos en materia de derechos de las mujeres. Por cada avance hay resistencias conservadoras”.
“Aún con las contradicciones que pueda haber al interior de los feminismos, no hay movimiento social en México o el mundo que no tenga demandas tan claras y directas que se resuman en la siguiente frase: ‘Nos queremos libres y nos queremos vivas’”, dijo.
“En México, el neoliberalismo, que es democrático a la luz de sus defensores y ganadores, ha generado una desigualdad social que afecta a las mujeres, convirtiéndolas en las más pobres entre las pobres. La igualdad en la ley es letra muerta si no se traduce en lo tangible”.
Reflexionó que cuando el presidente de México dice que la violencia es resultado de la corrupción, pobreza y desigualdad, de 40 años atrás, puede tener razón, pero se equivoca al nombrar a las demandas de las mujeres como un conjunto de demandas burguesas o conservadoras. Se trata de una lucha de justicia social que rebasa las políticas de redistribución. Dijo que un gabinete paritario no sirve si las secretarias no pueden cuestionar al presidente y tomar decisiones.
“El feminismo es incompatible con la exclusión, las violencias y deficiencias de nuestros sistemas de gobierno, que se basan en la desigualdad. Solamente una democracia feminista puede enmendar estas desigualdades. Es importante ponerse los lentes de género para combatir todas las desigualdades desde todos los frentes, no sólo en la casa y espacios de trabajo, sino en todos los aspectos que configuran la vida política, social y económica”, concluyó Gutiérrez Saucedo.
Judith Arenas, Directora del Centro de Igualdad de Género de Atco Worldwide, con sede en 35 países, explicó que muchos de estos problemas están basados en el poder, en la comprensión de las raíces de una perspectiva feminista para resolver estos problemas.
“Trabajé años en el tema de justicia, y uno de los tópicos es la falta de balance de poder cuando hablamos de justicia. La tesis principal es que la justicia para las mujeres, por las mujeres, siempre será mejor. Si tienes jueces, magistrados y policías mujeres, podrás crear acercamiento a sobrevivientes de violencia que un juzgado meramente masculino no podrá tener”, dijo.
Consideró que la pandemia nos ha hecho retroceder en las conversaciones de poder con partidos políticos y entidades gubernamentales, y es importante que esta agenda se acelere, sobre todo ante la forma en que las mujeres han sido afectadas.
Se refirió a la libertad de expresión como un elemento necesario para elevar las demandas feministas, y la calificó como un derecho básico que actúa como catalizador de otros derechos.
“Es uno de los derechos menos regulado, controlado, por razones obvias, y un tema en el que sabemos que existen ataques contra mujeres periodistas, columnistas, blogueras, por el simple hecho de ser mujeres; es un ataque doble al que se enfrentan cuando expresan su voz, por simplemente opinar y tener una ideología diferente, hay ataque del género”, dijo.
Amplió así su planteamiento: “La proliferación de redes sociales ha creado una plataforma de ataques violentos, sin control y en los que existe un clima vicioso, con libertad para amplificar los ataques. Tomemos casos como el de María Reza, periodista destacada de Filipinas. El problema, dice ella, es que una mentira repetida un millón de veces se convierte en realidad, y no hay recurso al que podamos apelar. Tenemos que protegerlo con la perspectiva feminista; de lo contrario, cerraremos un espacio crítico para tener esas conversaciones. Hay que hacer frente a las desigualdades sociales, políticas y económicas y contar con una voz libre para poder hacerlo”.
Atentamente
"Piensa y Trabaja"
"Año del legado de Fray Antonio Alcalde en Guadalajara"
Guadalajara, Jalisco, 26 de marzo de 2021
Texto: Julio Ríos
Fotografía: Cortesía webinar Canal 44
Demandas feministas van más allá de la redistribución de la riqueza
Expertas dialogaron en el programa televisivo “Re Construcción”, que se transmitió en el Canal 44 de la UdeG
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