


La Cámara de Diputados, el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit), la Secretaría de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano (Sedatu) y el Instituto Jalisciense de la Vivienda organizaron el primer foro “El futuro de la vivienda social en México”, en el auditorio Raúl Padilla López del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA).
El Rector General de la Universidad de Guadalajara, doctor Ricardo Villanueva Lomelí, declaró que el tema de la vivienda es sumamente importante en México, y en Jalisco existen factores políticos y sociales claves para repensar las ciudades a través de las vialidades y las edificaciones.
“Si queremos dar una respuesta a por qué México está como está, por qué existe la violencia, por qué hay precariedad, debemos leer la ciudad, ver dónde y cómo estamos construyendo la vivienda; porque para acceder a una vivienda de interés social debemos irnos a un espacio que tardas cuatro horas en ir y otras cuatro en regresar. No es posible que hace 30 años Guadalajara tuviera 1 millón 650 mil habitantes y ahora no llega a millón y medio; tenemos escuelas sin estudiantes y carencias en las periferias”, subrayó.
Debatir y pensar en proyectos que beneficien a las y los ciudadanos es de suma importancia, y es una buena noticia que el sector público y el privado se involucre para poder diseñar ciudades con familias unidas, tiempo personal y que la productividad laboral crezca, dijo.
La inauguración del foro contó con la presencia de la Presidenta de la Comisión de Presupuestos y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados, diputada Merilyn Gómez Pozos; la Directora General de Política de Vivienda, en la Sedatu, licenciada Silvia Circe Díaz Duarte; el enlace legislativo y responsable de Transparencia en Infonavit, licenciado Franco Octavio Veites Palavicini; el Director General del Instituto Jalisciense de la Vivienda, arquitecto Luis Guillermo Medrano Barba y el Rector de CUCEA, maestro Luis Gustavo Padilla Montes.
De manera breve los participantes expresaron la urgencia de replantear políticas públicas que beneficien la obtención o renta de viviendas a un mayor número de personas, puesto que únicamente entre 20 y 30 por ciento de la población cuenta con recursos para hacerlo.
Repensar la vivienda digna
La Jefa del Programa ONU-Hábitat para México, Cuba y Centroamérica, Fernanda Lonardoni y Eduardo López Moreno, Codirector del Pabellón Urbano Mundial de Canadá, dictaron la conferencia inaugural del foro, en la que plantearon el derecho a disfrutar de una vivienda digna y decorosa.
Lonardoni citó el artículo cuarto constitucional, en el que se expresa que todas las personas tienen derecho a la vivienda; sin embargo, compartió que en México existen 2.8 millones de personas viviendo en insuficiencia habitacional y 1.1 millones en asentamientos informales.
“El acceso a una vivienda adecuada, como derecho humano fundamental, es la piedra angular de un nuevo contrato social y resulta crucial para promover un desarrollo inclusivo, sostenible y equitativo. La vivienda no debe ser únicamente como una estructura física o una mercancía, sino que está ligada a importantes funciones sociales y ecológicas del territorio; es esencial para la salud, la educación, la dignidad, la seguridad y la inclusión social”, dijo.
Añadió que aunque el actual gobierno federal trabaja para que la política de vivienda pueda ser asequible, debe considerarse que “hay una crisis mundial en el rubro, y que desde 2023 más de 700 millones de personas viven por debajo de la línea internacional de pobreza”.
Compartió que los beneficios económicos no están distribuidos de forma equitativa, ya que los grupos vulnerables, en especial las mujeres, quienes suelen enfrentar barreras desproporcionadas para acceder a oportunidades de prosperidad y vivienda.
“La burbuja inmobiliaria que precedió a la crisis financiera global de 2007 ha colocado a la vivienda en el primer lugar en la lista de problemas urgentes de las familias, por encima de la atención médica y la educación; además, la crisis habitacional se ve afectada por el impacto del cambio climático, ya que anualmente los desastres causan pérdidas de 300 mil millones de dólares”, recalcó Lonardoni.
Para la obtención de una vivienda adecuada y suelo para todos, ella propone fijar compromisos políticos e innovación; mercados y viviendas asequibles dentro de un marco regulatorio y con innovación financiera; mercados de vivienda diversos con nuevos enfoques de tenencia y colaboración con el sector privado; y mercados de vivienda inclusivos que atiendan lo asentamientos precarios, sean bien ubicados y cumplan con los servicios básicos.
En un tenor similar, López Moreno expresó que se deben de fijar objetivos de cambio a través de las necesidades demográficas y tecnológicas, así como el desarrollo regional y la tendencia urbana insostenible que debe revertirse.
“La forma en que debemos estimar el futuro está basada en lo que conocemos y en la forma en que éste evoluciona, es decir, nuestros datos, nuestras condiciones, nuestras formas de ser y de vivir es lo que va a marcar ese futuro de la vivienda en México”, señaló.
Explicó que en los últimos años las ciudades crecieron tres veces más que la población, los espacios públicos se redujeron 20 por ciento y hay un número alto de viviendas edificadas donde no debería haber.
“ONU-Hábitat dice en un estudio que en 320 ciudades de México seis viviendas de cada diez se construyeron donde no debían en los últimos 25 años, lo que significa que no había espacios de planeación, no había infraestructura, no había transporte o eran zonas protegidas que fueron invadidas por construcción”, alertó.
Un dato preocupante es que estadísticamente 60 por ciento de la población busca una vivienda con dos salarios mínimos; y de este segmento, menos de 20 por ciento puede acceder a estas viviendas, que se encuentran en semi-abandono.
Agregó que en Austria, Inglaterra y Francia se cuenta con un alquiler topado o de tasa fija, el Estado y organizaciones civiles participan en la construcción de vivienda y se busca que la mayor parte de la población pueda acceder a esta.
En conclusión, compartió López Moreno, se requiere de la presencia del Estado para una intervención estatal de promoción pública de la vivienda; se debe pensar la vivienda como una política de bienestar social y entender las desigualdades para promover apoyos financieros.
“Concluyo con mi propia definición de qué es la vivienda social: es una vivienda en que las casas nos ayuden a pensar y a soñar; que haya calles que unan; que haya ciudades que tengan un alma, una identidad, un sentido de pertenencia; que puedan crear puentes y espacios que nos abracen. Las viviendas de esta manera será lo que siempre debieron de ser, un refugio, una esperanza y un cimiento para un futuro más justo para todos”, finalizó.
Atentamente
“Piensa y Trabaja”
“1925-2025. Un Siglo de Pensar y Trabajar”
Guadalajara, Jalisco, 7 de febrero de 2025
Texto: Prensa UdeG
Fotografía: Fernanda Velazquez