México sigue siendo uno de los países de los cinco continentes donde se invierte menos en desarrollo científico y tecnológico, destacó Juan Pablo Huerta Ruvalcaba, adscrito al Instituto para el Desarrollo y la Innovación de la Tecnología en la Pequeña y Mediana Empresa, del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA), en el marco de su conferencia Tecnología en México: la agenda pendiente, anoche en el Museo Regional de Guadalajara.
Agregó que aunque México invierte 22 por ciento de sus ingresos en educación, destina menos del 1 por ciento en ciencia y tecnología, además de que el dinero que se invierte en educación es sólo para material didáctico, se maneja con gran opacidad y por lo general se enfatiza a que los alumnos sólo memoricen las lecciones que les dictan los profesores, pero con muy poca comprensión.
“La educación infantil está orientada sobre todo al ‘buen comportamiento’ de los pequeños, es decir, a que obedezcan y cumplan sus tareas, a describir las cosas que existen, que conozcan para qué pueden servir, memorizar datos, pero no profundizar ni a comprender o a entender los procesos de los fenómenos. Ahí empieza el rezago que tenemos en educación superior”, dijo Huerta Ruvalcaba.
Agregó que los 21 mil 235 millones de pesos que invierte México en este rubro científico, lo ubican en el último lugar de los países pertenecientes a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Las razones de ignorar esta inversión son múltiples, “pero sobre todo de índole política”.
Huerta Ruvalcaba subrayó que esa es la razón por la que en México son mínimas las patentes que se presentan ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), que en el año 2009 sólo recibió 220, además de que es necesaria la producción de hombres de ciencia que egresan de los doctorados son ofrecidos en el país.
Señaló que es fácil comprobar cómo los países que invierten en ciencia y tecnología en tan solo cinco años logran hasta duplicar su crecimiento económico, como es el caso de Irlanda, que en los años 80 pasó de 5.9 por ciento a 9.2 por ciento de crecimiento en tan solo un lustro.
“¿Qué estamos haciendo mal? Muchas cosas: no hay políticas públicas que promuevan invertir o promover la ciencia ni la vinculación y el trabajo en red con investigadores, algo fundamental para crear patentes, por ejemplo. Y esto es así porque en México no sabemos trabajar con otros y tenemos recelo unos con otros. El éxito de las empresas exitosas es realizar grupos interdisciplinarios y realizar innovación en conjunto”, concluyó.
Guadalajara, Jal., 25 de enero de 2012
Texto: Juan Carrillo Armenta
Fotografía: Internet
Edición de noticias en la web: Lupita Cárdenas Cuevas
De hinojos, la ciencia y la tecnología en México
Ocupa el último lugar en inversión en ese rubro dentro de los países de la OCDE
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