Para justificar la agresión o invasión de un pueblo, es común que los políticos utilicen frases, metáforas, epítetos y artilugios de la lengua para disfrazar una guerra sin sentido o injusta, a la par que los medios participan en eso repitiéndolas o ignorando otras, comentó esta mañana la investigadora del Departamento de Letras, del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), de la Universidad de Guadalajara, Irma Bañuelos Ávila, en su seminario: El lenguaje de la guerra.
“No es que haya un lenguaje de la guerra, sino más bien debemos entender cómo el lenguaje es utilizado para consentir una agresión bélica. Al principio, previo a la invasión de Iraq, George W. Bush incrementó mucho su popularidad al utilizar frases como: ‘vamos en defensa de nuestra libertad’, ‘defendamos nuestros valores’, ‘salgamos en defensa de nuestra forma de vida’. Es decir, él fue preparando la invasión con el artilugio del lenguaje”.
La académica universitaria preguntó: ¿qué hace llevar a un pueblo con tan alto nivel intelectual como el de Estados Unidos a la guerra? ¿Cuáles son sus estrategias? Sin duda —dijo— es posible legitimar guerras por la creación de un lenguaje que evade la realidad. “Como dijo un periodista en alguna ocasión: ‘la primera víctima de la guerra es la verdad’”.
En el estudio realizado por la investigadora durante cinco meses ininterrumpidos, en los que diario revisaba dos periódicos españoles para encontrar las palabras utilizadas en la guerra de Estados Unidos contra Iraq, encontró que para minimizar un bombardeo a una población civil, utilizaban frases como: “hicimos una incursión en una población civil”, “hubo daños colaterales”, “fue víctima del fuego amigo”.
Añadió que también es frecuente el uso de la voz pasiva o del lenguaje impersonal, en el cual el sujeto queda borrado del lenguaje, para evadir la responsabilidad de las acciones. Así también es frecuente el vocativo “nos” y el uso de adjetivos, pronombres, prefijos, sufijos para formar frases grandilocuentes o pomposas o enganchar al público en las acciones: “nuestra civilización está amenazada”, “buscamos estar más protegidos contra las armas de destrucción masiva”, “ésta es una guerra preventiva”, entre otras.
“Habría que denunciar ese tipo de lenguaje empleado, porque lo que hacen es generar violencia o incitar a la gente a la agresión. Puede usarse el lenguaje por medio de ese tipo de intenciones despectivas, discriminatorias y ofensivas. Muchas veces los medios hacen este juego a los políticos, ya sea difundiéndolas o censurando otras. Hay que recordar que el lenguaje es cultura y que hay también actos que se hacen con las palabras”.
Guadalajara, Jal., 24 de febrero de 2009
Texto: Juan Carrillo Armenta
Fotografía: Adriana González
Edición de noticias: LCC Lupita Cárdenas Cuevas