


El confinamiento por el COVID-19 dejó en claro que el concepto de “vivienda digna” debe de replantearse, ya que muchos mexicanos que tuvieron que permanecer en sus hogares por la pandemia no contaban con condiciones adecuadas para ello, explicó el investigador del Colegio de la Frontera Norte, doctor Rigoberto García Ochoa.
El también doctor en Estudios Urbanos y Ambientales fue uno de los especialistas que participaron en el conversatorio “Los retos ante el COVID-19 en las zonas metropolitanas y las grandes ciudades”, organizado por el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH).
García Ochoa recordó que a principios de la década de los 70 ya se anticipaba este proceso de expansión urbana global. “La pandemia hizo que la otredad se hiciera sospechosa, y esto rompe el fundamento urbano en la ciudad, el de la convivencia, de tal manera que nos refugiamos en el seno de nuestros hogares porque al estar en contacto con los demás nos podemos contagiar”.
“Se reabrió el debate del derecho a la vivienda digna que está contemplado incluso en la Constitución desde 1983 –añadió–. Vimos que para muchos, al estar confinados en nuestros hogares no se cumple con determinados servicios, por eso es importante replantear esta dimensión de vivienda digna, porque el término es vago y confuso”.
La inclusión digital, dijo, también es un desafío, pues muchas personas han tenido obstáculos para conectarse, para trabajar o estudiar en medio de la pandemia.
El profesor investigador de la Universidad Autónoma del Estado de México, doctor Sergio Cuauhtémoc Gaxiola Robles de Linares, presentó un estudio sobre el perfil sociodemográfico de los contagiados de COVID-19 en la Zona Metropolitana del Valle de Toluca, la cual, en 1970 estaba integrada por dos municipios y ha crecido exponencialmente, pues hoy cuenta con 22 ciudades conurbadas.
“Los casos se encuentran concentrados principalmente en el sector de salud pública. Hasta ahora hay 16 mil 193 casos confirmados, y 2 mil 144 muertes”, informó.
Gaxiola Robles de Linares agregó que las zonas metropolitanas tienen retos complejos en la atención por COVID, pues estas concentraciones de personas generan una mayor dispersión del virus y se debe reducir la movilidad, pues los trayectos largos propician los contagios.
La investigadora de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, doctora Laura Myriam Franco Sánchez y José Aurelio Granados Alcántar, presentaron un estudio sobre la actividad turística del pueblo mágico de Huasca, ubicado a 40 kilómetros de la zona metropolitana de Pachuca, pues el turismo fue una de las actividades más afectadas por la pandemia.
Ana Eduwiges Ortiz Medina, representante del Cuerpo Académico y profesora investigadora del Departamento de Estudios Políticos de la UdeG, señaló que estos conversatorios son positivos, sobre todo porque se vienen retos de gobernanza en los municipios metropolitanos.
“Los gobiernos, con la escasez de recursos, tendrán que atender primero las obligaciones propias que establece la Constitución en materia de servicios, atender las prioridades, y eso contribuirá a que la gente aporte sus impuestos con mayor entusiasmo”, explicó Ortiz Medina.
Ortiz Medina analizó los retos que debe enfrentar Jalisco, como octavo lugar en casos confirmados de COVID-19 y quinto en defunciones, ya que cuenta con una zona metropolitana altamente poblada.
“Desde antes de la pandemia, los ayuntamientos ya sufrían problemas financieros y la situación de pobreza no se había mejorado. Se elevó la demanda de servicios públicos y gran cantidad de la población se quedó sin ingresos para solventar necesidades de alimentación. Esto generó modificaciones en las finanzas públicas”, explicó.
Los municipios intervinieron con apoyos de despensa, pago de internet y a pequeñas y medianas empresas. Pero para 2021 se viene un panorama complicado con un menor presupuesto y la desaparición del fondo metropolitano, subrayó.
Por último, la doctora en ciencias sociales Martha García Ortega, investigadora del Colegio de la Frontera Sur, ofreció un panorama de lo que ocurre en Chetumal, urbe de casi 250 mil personas y donde la pandemia dejó estragos en salud, educación y economía, sobre todo en el sector servicios.
“El COVID-19 vino a encajar para discutir el protocolo de movilidad en las ciudades fronterizas”, indicó García Ortega.
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Guadalajara, Jalisco, 5 de noviembre de 2020
Texto: Julio Ríos
Fotografía: José Díaz