Toda la hidrografía de Jalisco está contaminada y colapsada, comentó el investigador del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI) y miembro del Observatorio para la Salud (Osa), adscrita al Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), de la Universidad de Guadalajara, José Antonio Gómez Reyna, como parte de un equipo multidisciplinario de académicos e investigadores que esta tarde, en rueda de prensa, presentaron un diagnóstico acerca de la calidad del agua y su relación con la salud de los habitantes.
El rector del CUCS, Víctor Manuel Ramírez Anguiano en su calidad de coordinador general de esta iniciativa, mencionó que, como parte de una convicción de que “las políticas públicas deben favorecer el desarrollo sustentable, y en este sentido el agua tiene una prioridad que condiciona la vida de las ciudades y sus pobladores, debe el tema del agua ser parte de una agenda permanente, que requiere la corresponsabilidad del sector público, la iniciativa privada, las universidades y los ciudadanos organizados”.
Es así que en la reunión ante los medios estuvieron diferentes actores de la academia y representantes de las poblaciones afectadas por la contaminación del agua, como de El Salto y de Cajititlán, Jalisco, que fueron invitados para, juntos, “proponer una revisión integral del tema, para atender con pertinencia y calidad el problema”. El Osa propuso “la construcción de una política pública resolutiva y preventiva para abatir el alto grado de contaminación de las aguas de Jalisco, que reclama un abordaje transdisciplinar, transinstitucional y transectorial”.
El presidente de Osa, Marco Antonio Castillo Morán, resaltó la importancia de resolver este grave problema por parte de diferentes autoridades, y analizarlo desde la magnitud del caso, la territorialización y las condiciones sociales de riesgo, para que entre los servidores públicos, los académicos y la ciudadanía, puedan fomentarse soluciones reales.
La investigadora del Departamento de Salud Pública, del CUCS, Rosa Leticia Sherman Leaño, reveló números aportados por la misma Secretaría de Salud de Jalisco, en la que, en sus reportes de enero de este año y hasta el 4 de octubre, “sin tomar en cuenta que hay un subregistro de casos no reportados de manera oficial, hay 262 mil 430 personas enfermas por agua contaminada: 250 mil personas que enfermaron de diarrea, 578 de tifoidea, cinco mil 642 por intoxicación bacteriana y 929 casos por hepatitis tipo A”.
Mediante una explicación gráfica de cómo está la situación hidrográfica de Jalisco, en especial en la cuenca Chapala-Santiago, Gómez Reyna detalló para los presentes la “grave situación en la que se encuentra toda la hidrografía del estado, que está colapsada y contaminada. Esto significa que hay una gran cantidad de descargas residuales (de la industria, de los particulares y de los residuos que dejan los agricultores: fertilizantes, plaguicidas y bactericidas), así como de vertederos de basura, en la que no hay ningún control por parte de las autoridades, que han hecho caso omiso a las leyes que les obligan a tener plantas de tratamiento”.
El investigador del CUCEI también señaló la falta de una red de monitoreo para evaluar cuánta agua tenemos y de qué calidad, “que no fue comprada porque a pesar de que contaban con el dinero para eso, y utilizado para fines partidistas, a fin de conocer con precisión cuál es la situación real del agua que consumimos, que, hasta donde sabemos, nuestra calidad de agua es baja, porque es agua tratada, pero no potable”.
Los ciudadanos representantes de Cajititlán y de El Salto, Jalisco, Eugenio Gaspar Santos y Raúl Muñoz Delgadillo, coincidieron en la situación de indefensión que viven en sus respectivas poblaciones. “En Cajititlán los cambios del uso de suelo y la urbanización hacen que haya una enorme descarga de residuos en nuestra laguna, sin que haya ninguna planta tratadora”, mientras que en El Salto hay “una emergencia ambiental que no ha sido reconocida por las autoridades, ante los 17 casos de leucemia, diversos tumores cerebrales e insuficiencia renal registrados, sobre todo en mujeres”.
El jefe de Medicina preventiva, del Hospital Civil “Fray Antonio Alcalde”, doctor Joel Robles Uribe, mencionó en su intervención que detrás de los intereses que hay para la construcción de la presa de Arcediano “en ese río muerto, están los desarrolladores inmobiliarios que han presionado a los ejidatarios para comprarles sus terrenos, en lo que proyectan será el nuevo ‘Valle de Bravo’ de nuestra ciudad, y así aprovechar la belleza de la barranca ante los caprichos económicos de los copos de poder”.
Guadalajara, Jal., 12 de noviembre de 2008
Texto: Juan Carrillo Armenta
Fotografía: Francisco Quirarte
Edición de noticias: LCC Lupita Cárdenas Cuevas