Las inundaciones en diferentes zonas de la ciudad, a consecuencia de las lluvias, son un “fenómeno de alta recurrencia en Guadalajara, pues los reportes que tenemos de los últimos diez años indican que hay un promedio de 80 eventos de inundación severa cada año, arriba de 35 a 40 centímetros”, señaló el profesor investigador del Departamento de Geografía y Ordenación Territorial, del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), Luis Valdivia Ornelas.
El investigador agrega que “eso no es todo”, ya que el aumento en ese promedio depende de la cantidad de agua de cada temporal. Por ejemplo, en 2006 llegaron a registrarse 160 eventos severos de inundación. “Tenemos desbordes de canales, de cuerpos de agua, de colectores, anegamientos en zonas bajas y pasos a desnivel. Nos damos cuenta de que cada vez circula más agua en las calles, y a mayor velocidad; por lo tanto, hay más peligro”.
Valdivia Ornelas apunta que los colectores, y en general la infraestructura hidráuliga de la zona metropolitana, tienen a estas alturas una grave incapacidad en la conducción de agua, y en vez de captarla y conducirla, éstos se vuelven emisores del agua en la calle, lo que incrementa el problema del líquido que circula por la superficie. “El problema es que los colectores, y la emisión de agua que produce su saturación, es que ya está contaminada con aguas negras”, resalta.
“El impacto de todo este panorama afecta de manera primordial en los servicios urbanos –dice Valdivia Ornelas–. Cuando esto sucede surgen múltiples problemas en los servicios de luz, lo que genera problemas graves en la movilidad urbana. Llegan a colapsarse amplios sectores del tránsito vehicular y se incrementan 30 por ciento los accidentes viales. Hay retrasos en la población cuando se dirige a sus sitios de destino y esto trae gastos importantes a los habitantes, amén de los riesgos”.
El profesor universitario reitera que ante estos hechos recurrentes lo que se requiere es un manejo integral del agua que vaya más allá de querer encauzarla y sacarla lo más rápido posible. “Tiene que haber una política de planeación y crecimiento de la ciudad en la que haya haya espacios para infiltrar, retener y dispersar el agua. Y obviamente, es necesara una actualización en la infraestructura hidráulica, pero no debe ser la única política que debe efectuarse. Hemos visto por años que esa política no funciona”.
Guadalajara, Jal., 19 de junio de 2013
Texto: Juan Carrillo Armenta
Fotografía: Internet
Edición de noticias en la web: Carlos Márquez García
Circula más agua de lluvia por las calles de la ciudad
Cada año hay en promedio 80 reportes de inundación severa en la ciudad
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