Muchos ancianos optan por caminar o tomar un taxi en lugar de abordar un camión, ya que el transporte urbano implica una distancia mayor de movilidad para el traslado. La alternativa del autobús implica subir escalones muy altos, los lugares asignados para ellos suelen no ser respetados por otros usuarios y las paradas muchas veces están obstaculizadas por puestos de venta o vehículos estacionados en doble fila, entre otros factores.
Lo anterior afirmó Zoila Margarita Gómez Lomelí, investigadora del Departamento de Salud Pública, adscrita al Centro Universitario de Ciencias de la Salud.
Señaló que algunas banquetas de la zona metropolitana están deterioradas. Si la persona anda en silla de ruedas, no puede transitar adecuadamente. “Ellos por sus condiciones de envejecimiento ya no tienen las condiciones adecuadas de tipo psicomotriz, de respuesta, de coordinación, destreza, reflejo y equilibrio, ni los tiempos de reacción en caso de una caída”.
Los efectos posteriores de un accidente tanto en la vía pública o en choque pueden ser severos, incluso por una caída puede quedar incapacitado. “Su fragilidad es mucho mayor, tal vez agrave su condición física, deteriorada de por sí por alguna contusión o enfermedad y entonces la persona muera”.
Tampoco los semáforos están contemplados para las personas de la tercera edad. En otros países hay tiempos definidos para cruzar la vía, ellos pueden pulsar un botón para prolongar el tiempo en que pueden cruzar.
A muchas familias no les gusta que sus miembros de la tercera edad anden en la calle o conduzcan porque creen que ya no están en condiciones de hacerlo, lo que es un factor protector para un posible accidente. Sin embargo los ancianos no quieren dejar de conducir.
Dejar de conducir para los varones de la tercera edad provoca insatisfacción. Esto tiene que ver con la manera en que ellos fueron educados. Los niños de esa generación estaban involucrados con las máquinas, agresividad y violencia, todo esto era relacionado con la masculinidad. De ahí su inconformidad, tristeza y sentimiento de pérdida de su autonomía, al ya no poder manejar.
La académica anunció que encabeza la investigación Factores de riesgo de lesión en conductores ancianos en el municipio de Guadalajara, un proyecto en el que están involucrados tres investigadores más: los doctores David Leal Mora y Miguel Flores, del Hospital Civil Fray Antonio Alcalde y el doctor Alfredo Celis de la Rosa, además del asociado en investigación Daniel Mora Plascencia. El proyecto fue financiado a través de la Red Temática Envejecimiento, Salud y Desarrollo Social, del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), a través del Instituto de Geriatría.
La investigación está en curso. Actualmente realizan el trabajo de campo. Tienen contemplado entrevistar a 500 personas. Para el mes de marzo estiman que ya estén los primeros avances preliminares.
El objetivo es identificar los factores de riesgo de lesión en las personas de la tercera edad que conducen en el área metropolitana de Guadalajara. La investigación que encabeza Zoila Margarita Gómez Lomelí es el primer acercamiento en la materia que se hace en México.
Guadalajara, Jal., 14 de diciembre de 2012
Texto: Martha Eva Loera
Fotografía: Internet
Edición de noticias en la web: Lupita Cárdenas Cuevas
Calles inadecuadas para el anciano en la ZMG
Investigadores del CUCS estudian los accidentes que sufren en la vía pública. La investigación está financiada por el Conacyt