


El acoso laboral, conocido como mobbing aumenta cada día no sólo en el número de gente que lo sufre, sino con diferentes modalidades. Presión psicológica, encargo de tareas de última hora, órdenes que cambian de un día para otro, trato diferenciado entre empleados, burlas, insultos o de plano acoso sexual, son algunas torturas que empleados de Jalisco sufren en sus trabajos, a veces en silencio. No hay oficio que se salve o empresa que esté exenta. Y en el Occidente del país, el fenómeno aumenta.
Así lo documentó la investigadora del Departamento de Estudios Socio Urbanos, del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH) de la Universidad de Guadalajara, Beatriz Adriana Bustos Torres, quien prepara un libro sobre violencia laboral en el Occidente de México, estudiando casos de Aguascalientes, Colima y Jalisco; ha publicado previamente artículos al respecto.
Señaló que ante la necesidad económica la clase trabajadora no tiene otro remedio que aguantar los nervios o la necedad de los jefes –cuando bien les va– o en el peor de los casos, la agresión física o sexual de un superior. “Hay modalidades que van directamente sobre los individuos como la violencia psicológica, que se le conoce como mobbing, y que existe en prácticamente todos los medios de trabajo”, detalló la investigadora adscrita al CUCSH.
El término de mobbing fue acuñado por el estudioso alemán Heinz Leymann en 1990 para definir el acoso sistemático y recurrente. Según cifras del Instituto de Investigación de Salud Ocupacional de la Universidad de Guadalajara, 80 por ciento de los mexicanos ha sufrido de esto al menos una vez en su vida.
Dijo que el medio laboral es donde la gente pasa más tiempo, entre ocho y diez horas y durante ese tiempo estar recibiendo esa presión psicológica llega a ser fatal para algunas personas. Se refleja luego en la pérdida del sueño, en enfermedades gastrointestinales y cutáneas, neurosis, psicosis y hasta suicidios.
En sus investigaciones, la antropóloga social combina los datos estadísticos y las encuestas con la indagación de campo con empleados y consultas con dependencias como la Secretaría del Trabajo y Previsión Social. Ha detectado que las mujeres son quienes más sufren de violencia. De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh) del INEGI, de 785 mil 377 mujeres ocupadas, 283 mil 671 sufren algún tipo de violencia laboral.
La especialista consideró que aún hay mucho por hacer para abatir el mobbing, aunque afortunadamente poco a poco se han diseñado protocolos y se publican investigaciones que enumeran a detalle cómo se puede calificar cada una de esas situaciones de violencia laboral y así contar con diagnósticos certeros.
A T E N T A M E N T E
"Piensa y Trabaja"
Guadalajara, Jal., 27 de septiembre 2015
Texto: Julio Ríos
Fotografía: Internet