Los diversos problemas que se viven en las ciudades son los síntomas de las malas decisiones que se han tomado en materia de políticas públicas. Sobre esto se reflexionó en el panel “Salud urbana global y política pública local”, que se realizó durante la primera jornada de la Cumbre Internacional del Hábitat de América Latina y El Caribe (CIHALC) 2024.
La mañana de este lunes, en la Sala 2 del Conjunto Santander de Artes Escénicas (CSAE), científicos compartieron los contextos apremiantes que impactan en las sociedades como: la segregación urbana, la destrucción de zonas naturales, el mantenerse en guardia frente a las pandemias por virus y bacterias, etcétera.
El Director Científico de la cátedra Emprendimiento-Territorio-Innovación (ETI) en la Universidad de París IAE – Panteón Sorbona de París, Carlos Moreno, autor de la propuesta de “La ciudad de los 15 minutos”, destacó que desde hace 100 años “el petróleo, el caucho y el concreto fueron los elementos que le dieron forma a la ciudades”.
Esta situación ha hecho que la gente en las ciudades se vea segregada destinando tiempos de traslado absurdos. “Más de dos horas de transporte perturban mentalmente nuestra capacidad de vivir en buenas condiciones”, dijo.
“Hoy la forma de las ciudades es insostenible y produce muchas enfermedades físicas y mentales que se traducen en grandes malestares. Hoy nuestro bienestar integral está amenazado por nuestras propias formas de vida. Estamos en el continente donde 81.2 por ciento son habitantes urbanos”, añadió.
Citó estudios en los que muestra que la contaminación del aire (por automotores y fábricas) en las grandes ciudades está asociada con problemas de salud que se desarrollan a mediano y largo plazos; además de que están latentes amenazas de enfermedades físicas y mentales como la angustia.
“Las políticas tenemos que trasladarlas del cuidado al bienestar integral”, refirió el especialista, quien llamó a emprender visiones holísticas para enfrentar el cambio climático. Precisó que la ciudad ideal es aquella donde se puede vivir, trabajar, cuidar, aprender, divertirse y abastecerse a pocos minutos de distancia a la redonda.
La Directora y fundadora de Healthy Cities y profesora de Urbanismo y Salud, de la Universidad Politécnica de Cataluña, Marta Rofin Serrá, recordó que el impacto de la contaminación del aire, el ruido, el calor, la falta de áreas verdes se traduce en estrés y problemas de salud en las personas.
“Hoy 20 por ciento de las muertes prematuras podrían evitarse siguiendo las recomendaciones de la OMS (áreas verdes, conectividad). La gente antes moría de enfermedades transmisibles, pero hoy son las crónicas no transmisibles asociadas con falta de actividad física”, indicó.
Los determinantes de la salud, expresó la académica, también son urbanos, por lo que la labor de arquitectos y urbanistas es considerar varios aspectos, puesto que los barrios y ciudades con índices socioeconómico bajos son también los que tienen pocas áreas verdes, hay menos caminabilidad y más acceso a comida basura.
“Desde el urbanismo, aplicando la perspectiva de salud a planes y proyectos, podemos generar salud. Conectar las calles puede tener una gran importancia, en la decisión de las personas de seguir andando o no a algún sitio”, recalcó.
Mencionó que luego de hacer un estudio en la ciudad de Rotterdam, Países Bajos, han comparado los barrios en cuanto a conectividades, densidad y zonas verdes. “Encontramos que entre menos zona verde hay más personas con diabetes; donde hay menor conectividad, hay más sobrepeso”, informó.
Esos mapas que apuntan a contextos de salud de los habitantes, aseguró, no suelen considerarse cuando se hacen proyectos urbanísticos; por consiguiente, recalcó que es importante tenerlos en cuenta.
El Director del Global Health Institute (Instituto de Salud Global) de la Universidad de Wisconsin-Madison (UW-Madison), Jorge Osorio, añadió que es importante pensar en el concepto de “una sola salud (one health)”, que involucre la salud humana, la salud ambiental, la salud de las plantas y la salud animal.
“Desde la UW-Madison trabajamos en la implementación de centros de una sola salud en diferentes partes del mundo, donde se involucren varias disciplinas para atender temas de salud global. Avanzar con temas para la universidad, pero también para la industria y mejorar las capacidades locales, y prepararnos para futuras pandemias”, dijo.
Recordó que el COVID-19, la influenza aviar (que incluso ha afectado a los bovinos), así como enfermedades transmitidas por vectores como el dengue, chikungunya y oropouche, son efectos del cambio climático. Y como tal, no se puede atender dichas situaciones sólo desde un frente, sino que debe ser multidisciplinario.
“Mi propuesta es cómo establecer programas pilotos en salud urbana y One health, pues es importante que participe la academia, el gobierno, el sector privado y la comunidad. Con actores importantes como la Universidad de Guadalajara (UdeG) podemos crear programas de vigilancia epidemiológica y salud ambiental”, expresó.
Este encuentro lo moderó el Director del Museo de Ciencias Ambientales de la UdeG, doctor Eduardo Santana Castellón, quien recordó que especialistas en el mundo han recomendado estrategias para mantener la salud urbana y ambiental para evitar pandemias como la del COVID-19: implementar mejor vigilancia de patógenos, una mejor gestión de tráfico de vida silvestre, cacería y producción de alimento animal; y reducir la deforestación.
Atentamente
“Piensa y Trabaja”
“30 Años de la Autonomía de la Universidad de Guadalajara y de su organización en Red”
Guadalajara, Jalisco, 26 de agosto de 2024
Texto: Iván Serrano Jauregui
Fotografía: Abraham Aréchiga