Los países de América Latina y El Caribe necesitan un nuevo contrato social, afirmó Juan Vázquez, jefe adjunto del Centro de Desarrollo para América Latina y El Caribe, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), durante su participación en la mesa “Hacia un nuevo contrato social: recuperación resiliente poscovid-19”, dentro del 4to Foro OCDE-FIL, en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL 2021), y bajo la conducción de la analista política y periodista Ivabelle Arroyo.
Este contrato social, dijo, debe ser un gran pacto entre grupos socioeconómicos para cerrar las brechas persistentes por género, por ingreso, raza y etnia; tiene que ser también un pacto entre territorios, que potencie sus capacidades, que genere mecanismos de redistribución justos, que cierre brechas territoriales; además debe ser pacto entre generaciones, ya que la dimensión intergeneracional del contrato social es fundamental, sobre todo en sociedades que están cada vez más envejecidas y los sistemas de pensiones son frágiles.
Subrayó que el contrato social debe girar en torno a tres ejes: 1. una estrategia productiva ambiciosa, que priorice la creación de empleos de calidad y aproveche las transiciones digital y verde; 2. sistemas de protección social más fuertes y mejor focalizados, y que avancen gradualmente hacia la universalización; y 3. Un modelo de financiamiento del desarrollo que sea sostenible y combine acciones respecto a impuestos gasto y deuda.
El presidente de la Unión de Europeístas y Federalistas de España, Enrique Barón Crespo, indicó que el estado de bienestar estaba cambiando antes de la pandemia por el proceso de emancipación de la mujer, por el aumento de la esperanza de vida, la industrialización y la extensión del desarrollo económico en países emergentes que antes eran dependientes de las potencias capitalistas desarrolladas.
La directora general del Instituto Mexicano para la Competitividad, Valeria Moy, recordó lo que ha sucedido cuando ha habido desastres como epidemias o hambrunas, el mejor ejemplo es la peste de 1348, que se prolongó hasta 1490.
Además de las muertes (algunos estimados indican que 200 millones de personas fallecieron debido a la peste, otros que una tercera parte de la población de Europa), algo que cambió fue el contrato social, en toda la extensión de la palabra: cambiaron las clases sociales, la forma de educar y de vivir. Fue el momento en que se originó la clase media, destacó Valeria Moy.
“No podemos hablar del COVID-19 como algo pasado. Podemos hablar de que está moviendo las estructuras, está moviendo el contrato social, y eso da la oportunidad de intervenir, de que no pase algo sin que le metamos mano, y podamos dirigir hacia donde queremos que vaya ese cambio”, indicó.
Agregó que n esa intervención tiene que haber conversaciones, diálogo, participación pública, política y de ciudadanos.
“Tiene que darse este contrato donde todos platiquemos y haya un diálogo entre diferentes grupos socioeconómicos, regiones, territorios, entre diferentes estados, ya que, por ejemplo, la conversación en Nuevo León y en Chiapas, se podría pensar que son de dos países distintos”.
Ese diálogo debería de existir, porque sin éste es muy difícil ponerse de acuerdo sobre qué camino seguir, pero es muy difícil que se dé, ya que hay una polarización brutal, y hay discrepancias que “no hemos logrado plasmar en un camino común”.
El subgobernador del Banco de México, Gerardo Esquivel, quien dio opiniones a título personal y no desde la perspectiva de la institución para la que trabaja, relacionó al contrato social con dimensiones relevantes como el estado de bienestar, los bienes públicos y los servicios públicos. “Todo esto tenemos que repensar en dimensiones como la internacional”.
La crisis económica no se va a resolver mientras no sea solucionado el acceso a la vacuna en todos los países, incluyendo a los más pobres, y que no se vuelva un tema de quién la puede pagar y quién no, explicó.
El Coordinador General de Desarrollo Económico del Gobierno de Guadalajara, Alfredo Aceves Fernández, destacó que el contrato social debe estar enfocado y surgir de las aspiraciones, objetivos, de las características de las poblaciones. Es decir, el contrato social no es otra cosa que las reglas del juego estén alineadas con la voluntad general de una nación.
“La pregunta es si las reglas del juego hoy se asocian con las aspiraciones, características y los objetivos de las personas”.
Atentamente
"Piensa y Trabaja"
"Año del legado de Fray Antonio Alcalde en Guadalajara"
Guadalajara, Jalisco, 2 de diciembre de 2021
Texto: Martha Eva Loera
Fotografía: Iván Lara González
América Latina y El Caribe necesitan un nuevo contrato social para cerrar las brechas de género, raza y etnia
Especialistas participan en mesa sobre recuperación resiliente poscovid 19
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